La Bolonia con sangre entra

La Bolonia con sangre entra

Hay verdades enganchadas a la vida con pegamento instantáneo. Se han conservado a lo largo de tanto tiempo que ya nadie se plantea si aún siguen siendo ciertas o ya ha cambiado el viento. Por eso las aplican sin más. Es un instinto, sólo que enseñado desde nuestra más tierna infancia.

-Mamá, ¿puedo…?- y no hay final de frase. Sólo se escucha un “No”, seco y rotundo. Si alguna vez se te ocurre replicar- Pero, Mamá, si aún no sabes qué te iba a ped….- Y en esta ocasión la negación está acompañada de lo que se ha de suponer es una explicación “Que te he dicho que no, a ver cómo te tengo que decir las cosas para que te enteres”

Prolongas la situación en el tiempo, vas generando peticiones que no son escuchadas. Acumulas negativas y llega un punto en el que sabes que el mundo es algo loco que no atiende a razones, sólo comprende las verdades enganchadas a la vida con pegamento instantáneo. Como esta realidad que nos quieres vender, te voy a explicar por qué no nos gusta:

No queremos el Plan Bolonia porque es una forma de privatizar la universidad pública.

Tampoco aceptamos una “beca” que, en realidad, es un crédito con el que hipotecan nuestro futuro.

Queremos….-Pero una porra seca y rotunda acalló el discurso, sin querer escuchar.

LaRataGris.

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