Llamada perdida

Os diré cómo suena un móvil si vas en tren, justo al salir del túnel; es como un pitido infernal. Un «biribiri» penetrante y machacón que agujerea los tímpanos de cualquier hasta volverlo loco.

Encima el dueño de aquel artefecto parecía haberse quedado dormido. Ni contestaba, ni cortaba la llamada y desde luego no tenía conectado el buzón de voz de la gente, cada vez más nerviosa, empezó a mirarse entre ellos, buscando al culpable, sin encontrar a ningun bello durmiente. Por fin, alguien levantó su aparato- Je, je… quizás sea el mío.- Y, aún viendo que no era posible, empezó a sodomizar a un pobre botón que no tenía culpa de nada. – ¿Diga?¿ Diga? Jeje… no contestan ¿Diga?- y seguía preguntando como si hubiera perdido la chaveta, como si todos allí la hubiésemos perdido. Nos habíamos puesto en pie, contestando a teléfonos silenciosos. Agolpando las mismas palabras al descolgar. -¿Diga? ¿diga? jeje… no contestana ¿diga?-

Así al menos media hora, hasta que llegué a mi estación y puede alejarme de aquella agonía, donde pude apagar el móvil al dejar de escuchar otro.

LaRataGris.

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