Que maravilla de viento nos ha tocado vivir que nos gira donde quiere y le sonreímos gustosos. Que increíble modernidad; poder radiografiarnos el alma y calcular el tiempo exacto de la caída, en ese instante, a un segundo conocido. Que días, que pensamientos nos prestaron para toda una vida. Que incongruencias más bien llevadas y elegantes.
Somos hijos del ahora más inmediato, sin recuerdos dolorosos, sin sueños propios. Nos educaron para ser la pieza necesaria y fabricantes de más tornillos, tuercas, arandelas… niños objetos que cometerán los mismas muertes que sus padres. – No quieras ser- les inculcamos sin siquiera ruborizarnos, sin sentir la vergüenza de su condena. Para nuestras vidas los mismos pecados que siempre hemos conocido.
LaRataGris







