Barrio cojo

Todas nos conocíamos en el barrio y sabíamos de que pie cojeábamos. Como se movían las calles, renqueantes, pero seguras y directas.

Sabíamos quien era el listo, la que mejor lo arreglaba todo, el pesado, el homosexual… cada uno tenía su etiqueta, su San Benito.

Podíamos señalar a la puta sin temor a equivocarnos, hablar de lo que cobraba, con cuantos viejos se lo hacía y de que el Cefe era el que le había pegado las ladillas.

De lo que no teníamos ni idea, ni queríamos saber, era de como había llegado a esa situación. Si era feliz, si cambiaría de tener la oportunidad. Sólo era la puta asiática del barrio, con eso era suficiente.

Como la vieja del visillo, el modernikis, la supermadre y el sucio fontanero,… todas las profesiones y, sobretodo, la profesional.

LaRataGris

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