Respiraba el dolor de una forma tan orgánica que ya era parte de su vida. Tomaba una fuerte bocanada de aire y era el daño de inspirar. Caminaba notando cada hueso quebrarse, hablaba en el sollozo que era su voz.
Pero nunca se detenía por que había sido así desde que tenía memoria. Se había hecho al sufrimiento y, si no lo notaba, es que algo raro le pasaba.
Cuando se sentía en demasiada paz respiraba de nuevo , se le clavaban finas agujas en el corazón y todo volvía a estar bien.
LaRataGris







