Amable zafio

Recuerdo un segundo antes del contacto. Ese cerdo era amable, me invitó a entrar y sin darme cuenta estaba desnuda, llorando en un rincón.

Me dolía todo el cuerpo.

¿A quién contárselo? No quería que me echasen la culpa.

Grité todo el dolor que tenia dentro y, aún así, seguí llorando una eternidad, cuando se suponía que ya no tenía que doler.

Cada día me lo encontraba amable, educado, sin que nadie le dijese nada.

Y sigues preguntando por qué lo mate.

LaRataGris

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