«Se busca sexador»…y, apesar del curioso trabajo, el anuncio continuaba sin demasiadas florituras, con pocas explicaciones, un número de teléfono y una dirección.
La cola empezaba tres manzanas antes. Habían llegado parados desde todos los puntos del país, personas dispuestas a sexar cualquier cosa con tal de que le pagasen el sueldo mínimo o un plato de comida caliente.
Cuando le toco a Alberto no pregunto condiciones, tareas a desempeñar o sueldo. Se limito a venderse, mostrar sus carteles de rebajas y sonreír lo más ampliamente posible mientras se bajaba los pantalones.
Después de muchas horas sólo quedo el. Sin darse cuenta había aceptado ser el sexador de dios, descubriría si era macho o hembra… si es que lograba encontrarlo. Siempre se había considerado un ateo practicante. Jamás había creído en dios y ya estaba mayor para tantas tonterías pero, empezó a comerse sus palabras con los primeros ruidos de la barriga. Costase lo que costase le tocaría los genitales a dios igual que se los tocaban a el cada día. No tenía más remedio que creer para sobrevivir.
Epílogo:
Jamas se encontraron, jamas existió pero, quien tiene el dinero, impone su visión del mundo. Por eso al morir pidió que grabaran en su lápida- Dejadme en paz-
LaRataGris.








jajajajajjajaj, mejor reir que llorar.
Ains…sip. Si es que no son capaces de entrar en razón..así que, si no es con lógica, les venceremos riendonos un rato 8P
Jajajajaja ke buieno ratita…!!! A pesar de ke DIOSKENOEXISTE sea la sombra de la desesperación… jejeje
Si, su amigo imaginario resulto más destructivo que constructivo, con las buenas intenciones que tenía en su novela de ciencia ficción jajaaja