Odio el verano por que la gente sale en bicicleta, desempolva los patinetes y se transforman en domingueros de entre semana. No son los mismos ciclistas que viajan en invierno y saben no usar el coche, respetar y convivir. Son una cantidad ingente de locos que quedan al calor del buen tiempo para competir entre ellos, llenar las aceras y los vientos como si el verano fuese suyo.
Odio el verano por las playas llenas de cuerpos muertos sobre sus toallas de arena. Las mentes vacías, con el único eco de si la piel, la barriga, las tetas, los culos y la erosión muscular. Odio el olvido de las calas que colonizan, ensucian y olvidan otra vez. Volver a casa cansado, con el sol machacando y el alma pidiendo dormir, nada mas tras un día de no hacer, apelotonado entre sudores ajenos y una enoclofobia creciente.
Odio el verano por que los que nos quedamos trabajando tenemos que cubrir a los que tienen vacaciones. Más horas con más clientes preguntándote, por cobrar el mismo salario de esclavo. Más correr con más calor y menos vida. Viendo como mis cachorros con todo el tiempo del mundo para nada y yo nada de tiempo para ellos que dicen papa no te vayas a trabajar y papa se marcha.
Odio, odio el verano de una forma que no te imaginas, que no puedes entender, que no quieres por que el verano esta lleno de una alegría que yo, personalmente, desconozco.
LaRataGris