El peso de su realidad: hambre. Crisis, hambre, paro, hambre, día, hambre, noche, hambre, hambre, hambre, hambre. – Trabajo garantizado, paraíso, alegría- lee las promesas del tiempo de prometer demasiado y es de un precio imposible. No puede pagar el cursillo que después le dará de comer y, que demonios, el tiene hambre. Hambre ahora y durante y tras el curso. Tampoco sera por trabajar, o por dejar de hacerlo, es que el quiere comer y se come las uñas nervioso, pero no le alimenta.- ¿dónde se prostituye uno?- pero en cualquier lado ya no tiene el cuerpo para tantos bailes. Unicamente le queda releer el panfleto en el que busca como llegar a ese paro cero, sin tener que pagar por ello, sin no tener que morir en el intento.
LaRataGris