Al día siguiente apareció Marco. Seguía vistiendo la misma sonrisa de derrotas y su camisa blanca se había manchado de vomito y barro.
Dejó cuatro dientes ensangrentados sobre la mesa del desayuno. Maite Corrió a revisarle la boca, abriendosela fuertemente con las pinzas de sus manos.
-”jon fe Farfosa”
-¿Qué?- preguntó sin soltar su presa.
-Que son de Barbosa-. Consiguió Zafarse- El se dedico a cosas menos visibles, más dolorosas
-No se por que sigues yendo con esa bestia- cogió una servilleta y con suma delicadeza empezó a limpiarle las heridas con agua.
-Vamos, mamá, estoy bien. Es que este es mi rollo.
-¿Tu rollo es ser un cafre?- Sonó al desdén de siempre, al que ya se había impermeabilizado- Anda, metete en la ducha. Te preparare un buen desayuno antes de que te caigas redondo al suelo.
LaRataGris