La civilización del asesino

Caminaba recto, erguido como una tabla de madera, la cara mirando al sol. Su voz, profunda como la boca de un lobo, era potente, segura. Sabia lo que quería y exigía, ordenaba a su antojo. Estaba en un puesto de responsabilidad máxima, donde se le permitiría cualquier locura. Le habían asignado un equipo al que maltratar, que le odiaba por lo que representaba pero más por lo que era. si hubiesen podido le habrían clavado un cuchillo en el cuello. Aunque ahora, evidentemente, eran más civilizados, tanto que unos tenían que exigir mientras los otros callaban. Era una sociedad de expectantes asesinos que jamas se liberarían de sus restricciones.

LaRataGris

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: