Su cabeza cayó como un peso muerto sobre el hombro que ella no le ofrecía, como queriendo compartir la gravedad de la vida, intentando que se disipasen los problemas.
Ella apartó su apoyo e intento mirarle a los ojos, solo encontró una sonrisa triste, pretendiendo que un muro los separase.
-¿Necesitas mi calor y no me dices por qué?- Aleja la mirada, se levanta buscando otro cuerpo que le permita llorar en paz. No quiere dar explicaciones, no puede por que le roban las palabras para hacer cortantes espadas silábicas. En ese momento se da cuenta de que el mundo es un lugar terriblemente doloroso.
LaRataGris