La cara seria, evidentemente, lo más complicado. A la chiquilla le brillaban los ojos vidriosos, se le marcaban los pómulos en un rostro azuzado por el hambre, esculpido en tristeza.
Esa era su mayor preocupación, el resto no sería un problema. Los uniformes esconden los huesos hambrientos, igualan apariencias para que la mentira de la similitud tranquilice a los más pudientes. La imposición de la homogeneidad les eximia de resolver cualquier problema. Las barrigas rugirían la verdad escondida: Todos teníamos que ser aparentemente idénticos mientras nos guardábamos lamentables secretos.
LaRataGris
Ha sido tan cortita que igual te has quedado con ganas de un poco más en:
Payhip o en Comic Square