Lecturas de colegio

Últimamente me encuentro mucha gente que dice que no le gusta leer porque les obligaron ha hacerlo en el cole. Siempre explican que los libros que tenían que leer eran una porquería y eso, evidentemente, invalida su capacidad para buscar lecturas más interesantes. Es algo tan estúpido como: Si A es un libro que no me ha gustado, no me gusta ningún libro.

Fijate que paradoja en el cole también te enseñaron a contar y no te veo decir: Yo no cuento porque me enseñaron en la escuela. Cuentas el dinero para que no te falte en el banco, numeras las cervezas que te tomas, los likes que te han dado por sacar tus morros en una foto rodeado de ganado (es tu forma de ver el mundo, sigh).

Vuela, no tienes porque creer en la gravedad, no respires, sobretodo no te reproduzcas, que todos estos conceptos los adquiriste de la misma forma que cuando te explicaron que la lectura era buena.

Recuerdo vivamente el libro que me hizo querer leer, sin entrar en los cómics que siempre han estado por casa, «El Misterio de la Isla de Tökland» de Joan Manuel Gisbert. No se si ha día de hoy ha envejecido bien, ni falta que le hace, entró en el momento justo. Es verdad que no me obligaron en el cole, me lo compraron mis padres porque si, ellos me compraban estos raros objetos mágicos ¿has pensado que quizá eso también fallaba, no solo la selección escolar?

En el colegio leímos un fragmento de «El Fantasma de Canterville» de Oscar Wilde, obligado, solo un cachito, tan chulo que, de nuevo a mis progenitores, les pedí el libro entero. Dentro había otros relatos de Oscar Wilde, recuerdo vivamente lo mucho que me gusto el final de » La Esfinge Sin Secreto».

También disfrute, en instituto ya, «l’Esquelet de la Balena»de David Cirici, ‘El Mecanoscrit del Segon Origen» de pedrolo, «Ratas» de Delibes, …puede que para otros fuera una tortura, les desmotivaron pero estaban ahí para mi «Nada» de carmen Laforet, ‘La Plaça del Diamant.» de Rodoreda.

Decidí no quedarme con «Frena, Candida, Frena», he tenido que buscar que ese de Mayte Carranza, que me pareció una mierda, tendría su publico. Quizá era el que no disfrutaba con los otros, ¿quizá es el mismo que ha dejado de leer?. Me quede lo que me gustaba y amplíe.

Se me presentó un mundo tan infinito e inabarcable que limitarme no fue mi primera opción. Me bañe en todo lo que caía en mis manos, bueno o malo. Me escondí en el gran templo de una biblioteca y le recé a los dioses de las letras mayúsculas y minúsculas por igual. Más tarde tuve tiempo de seleccionar, seguir equivocándome y maravillarme de cuentos que me habían pasado por alto. Llegue tarde a la gran obra de Carroll, de Barrie, mi amado Ende, Euxupery,… hice el camino inverso porque en literatura no hay señales, hay aventuras. Me aleje por la senda de Philip K. Dick, de Bradbury,… ¿cómo puedes negarlos? Aunque realmente fuera una miserable porquería lo que te obligaron a leer, ¿de verdad no has hecho por buscar más alla?

Los libros fueron un refugio delicioso, algo que no aprendiste, ni aprenderás con tu negativa, ni siquiera te llegara esto, no acostumbras a leer.

Llegaron más cosas gracias, o a pesar del cole, no importa el culpable, en tu caso tampoco, aunque seas tu mismo.

Esto no pretendía ser una enumeración, ni tan siquiera una lista de mis libros, autores, favoritos. Me dejo muchos fuera, Lorca, Machado, Kundera, …gente que me acompaño en aquella época, no todos han sobrevivido. Con el tiempo he descubierto cosas y no puedo dejar de admitir que en el cole no hicieron la mejor selección, pero fue una buena toma de contacto, un principio y una puerta.

LaRataGris

Derivando

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