Pálida como la luna llena, caminaba reflejando la luz del cielo, Como si fuese normal ser un cuerpo celeste caído.
Bailaba para nadie y todos la miraban porque bailaba y bailaba. Fue entonces cuando le arrancaron una promesa a dentelladas, por danzar respirando.
La tiraron contra el suelo para que dejase de reflejar las estrellas y, sin apartar la mirada, ningún ojo quiso ayudar a levantarse.
Quedo su cuerpo estelar tirado contra el frío cemento, formando un rio de rojo amargo.
Al amanecer la vida se había consumido, como peces muertos al final de un película que termina.
Sin admitirlo, aquello había sido un mal sueño, pues nadie quiere que sea real
LaRataGris