Todo el mundo conocía la existencia del velo, no era invisible pero como si lo fuera. Preferían ignorarlo. No se tocaba ni se miraban los miserias que vivían tras la tela semitransparente.
No se fijaron ni cuando cayo soplado por una ráfaga de viento, como una voz en mitad de la nada. Se deslizó con suavidad, como si no estuviese sucediendo.
La elipsis alrededor del sol, el pan de la mañana que nunca será como el de antes, la amistad, la pena, la alegría …
El teatro continuaba con o sin verdad, evitando los peligros de saber, de sentir,… la necesidad de transformarse.
LaRataGris