-¿Por qué?- le preguntó la gran mentira-¿Por qué no me amas igual que la amas a ella? ¿Por qué sino es más que otra mentira pequeña e irritante? ¿Por qué si yo te prometo grandeza, respirar lujo y tranquilidad? ¿Qué te da esa furcia sin promesas?
-No me da. Ni promete ni me exige por ser. Es, si quieres llamarla así, una mentira a la que me siento más cercano. Porque cierro los ojos con la tranquilidad de que esa mentira es mi verdad. Un punto al que me dirijo, sobre el que pivoto, me acerco y me alejo porque ella es libertad. Su frio me atrae como el oso va a la miel. Es cierto que tu me das calor, un calor artificial, sin la esencia de lo que hace el calor placentero. Ella me congela y nos acurrucamos para no desperdiciarnos.
«No le dice a nadie que no le pertenece, ni que le pertenece, no ata ni desata para que todo los que estamos queramos estar porque si.»
«Ella, ese loco caos que pretendes ver, esa mentira, es real, palpable y soñadora. Ilumina sin marcar el camino, algo que tu nunca podrás»
-Puedo fabricarte un nuevo camino, venderte la idea de un retiro diferente, infinito.
-Pero,- le dije- no tengo dinero con el que comprar tus tonterías.- Y en un instante dejé de interesarle, yo y mi revolución, mientras mi pequeñ@ mentir@ seguía estando.
LaRataGris