A veces danzan dos colores. Se entienden a un nivel que ningún otro pigmento conocerá, se entrelazan como dos amantes salvajes.
A veces quieren que juegues con ellos, susurran palabras con las que pintar.
Entonces mi mente se vuelve un tercer color, pierde el mundo de vista y solo hay baile.
A veces la felicidad es un algo fugaz y divertido, un matiz de seda que merece la pena ser respirado.
A veces…
LaRataGris