Muchas veces preferían jugar a que habían muerto, igual que veían morir a sus padres con la cerveza en la mano y un mondadientes entre los labios. Se quedaban en el bar hasta que las horas los expulsaban y hablaban de lo mal que estaba el mundo, de lo bien que se vivía antes en el, cuando eran más pequeños y solo existía la alegría.
-En aquella época-solían decir -nos pasábamos el día en la calle, jugando.
Igual que hacían sus padres, era un juego sencillo, de roles, fingir ser adultos muertos mientras esperaban la noche.
laRataGris