Me duele la espalda. Me levanto con los tópicos. La vida fluye, el desayuno fugaz y salgo a la calle con los párpados aún pegados.
Casi sin saludar me cruzo con la rutina en el metro, viajando hasta paradas parecidas. Se despedirá sin tan siquiera un adiós que llevarse a los labios.
-Buenos días, trabajo.
-No pierdas el tiempo.
Activado como un autómata me olvido en los pasillos de las mil puertas. Funciones pregrabadas se repiten incesantes, como ruedas del engranaje. Me cruzo con compañeros ocupados en lo suyo .
-Eh
-Eih
Malgastamos cada segundo en las cosas que le importan a la empresa. Acumulamos todos los milisegundos que podemos para poder canjearlos por una salida pactada.
Rutina regresa en forma de cansancio.
Bailamos tirados por el suelo y desconectamos nuestras funciones vitales hasta que, en un instante cualquiera, vuelven a amanecer los tópicos y podemos morder de nuevo el mismo trozo de deliciosa vida.
LaRataGris