Descendió dejando que sus pies se deslizasen sobre el viento. Bajando una escalera imaginaria hasta detenerse sobre los escombros de un viejo edificio.
Nadie miraba, la gente ya no hacia caso de los caminantes del cielo. No eran muchos pero si los suficientes como para que hubiesen dejado de ser una atracción de feria.
-¿Caminante?- Los niños eran los únicos que seguían maravillándose de su habilidad- ¿Caminante?
Floto suavemente hasta la altura del crio, mirándole a los ojos como única respuesta. La mirada serena de un rostro impenetrable.
-Yo también quiero caminar como vosotros
El hombre le sonrío mientras acariciaba su pelo revuelto.
-Si es lo que quieres podrás volar, deséalo con todas tus fuerzas y lo conseguirás.
Luego se marcho como si le hubiese perdonado la vida a una hormiga.
…
El niño creció tanto como su deseo por volar. Su sueño era tan puro y, sin embargo, no conseguía despegarse del suelo por más que rezaba.
-¿Acaso no lo quiero con la fuerza necesaria?
Se enfadaba consigo mismo sin darse cuenta que el ansia unicamente le serviría para querer aprender. Tenía que ser su motivación pero, el vuelo, no llegaría solo.
LaRataGris