La maquinaria dijo: Clack Bum, mientras se alineaban sus engranajes. Giraban y las piezas se quejaban con un agudo chirrido.
Los operarios se movían mecánicos, engrasaban los pistones, pulsaban el botón rojo: Secundario uno: secuencia B, dos: luz indicadora.
Paseaba el encargado, balanceando su cuerpo sudado y gordo.
-Haced piezas-. Gritababa con las manos en horcajadas- Más piezas-. No dejaba de repetir para que se cumpliera el planning. Las previsiones tenían que ser ajustadas, satisfactorias.
Los humanos guardaban silencio; presionando el metal mientras constantes microsueños les mantienen despiertos. Tenían recurrentes pesadillas con la plancha, la mano y plastilina roja por sangre.
Silbaba un aviso, un turno almuerza mientras la mitad de la plantilla se desdoblaba para mantener el ritmo. Un cuarto de hora y un pitido más agudo los intercambiaba para que los prensas nunca descuidasen su: Pataplock, pataploch, como el tambor de una galera. Rítmica y rutinaria producción, que ningún esclavo descansase más allá de lo necesario.
LaRataGris