Me llamo Adrián S. Rapidfire. Si fuera una peli mi apellido me auguraría una vida de aventuras:
En mitad de la nada; un rifle, una misión. Rapidfire
Puede que una comedia ligera en la que hacer broma sobre mi eyaculación precoz:
El Rapidfire.
Soy dentista en una ciudad pequeña, donde todos nos conocemos:
Buenos días, Adrián, me Canso de escuchar siempre las mismas frases hechas, de conversaciones banales.
Estoy lejos de ser parte de una película: vida anodina, historia de refritos televisivos.
-Adrián -me dijo Marcelo-, deberías hacer algo que dejara constancia de tu pequeña inexistencia.
Y yo, que era tan poca cosa que ni conocerme podía, decidí que tenía razón. Quiero ser algo más que un don nadie. Y aquí estoy, hablando de mi apellido, regando la historia con algún chiste rancio. Es lo único que tengo y ni la mitad es cierta:
Me llamo Adrián, Rapidfire me lo he inventado. No se me ocurre ningún apellido más molón que este para aparentar la molonidad que no poseo.
LaRataRapidfireGris