No es necesariamente de noche donde habitan los monstruos. Ellos se pueden levantar por la mañana, temprano; desayunan y controlan el mundo. Hablan de lo bueno, se explican lo malo y, para bien y para mal, todo siempre les beneficia.
Su aspecto es normal, incluso elegante, han aprendido a joderte con una sonrisa y palabras amables.
Su mejor tortura es hacerte pensar como ellos, que asumas su comportamiento; lo justifiques y lo reivindiques.
Los monstruos pueden habitar a cualquier hora pero, a veces, repiten los esquemas que se les espera para que nadie piense que son reales y no les dejen seguir haciendo de las suyas.
LaRataGris