Desierto abandonado

Regresó a su desierto abandonado, lleno de nada importante y soledad. Hasta donde podía alcanzar su vista se perdían juguetes rotos entre dunas de polvo y cristal.

Recordaba todos y cada uno de aquellos fracasos, la tristeza de la lejanía.

-¿Por qué volver tras tantos años? – Sin respuesta.

Había aprendido tantas cosas inútiles en aquel desierto. En silencio fue recogiendo cachivaches, piezas de un museo del óxido.

– Allí- señaló. De repente la puerta por la que había vuelto a entrar, abierta.

Cada duna, en realidad, era una salida, abierta de par en par; pero que no quería. En el mundo seguro del exterior las normas le dan confianza, le indican un camino que no le hace feliz.

LaRataGris

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: