Plantaron huesos en el jardín, cabezas, brazos y pies. Cuerpos enteros desmembrados, mezclados buscando la belleza de solapar lo mejor de cada uno. El fuego volatilizó los deshechos, hizo nubes de humo que llorarían la masacre desde el cielo. Los carniceros regaban el improvisado huerto, abonaban la tierra mientras esperaban ver crecer las plantas de los muertos.
Los primeros árboles dieron fruta de corazón. Bombeaban su sabia roja y espesa. Luego el resto de órganos, respirando acompasados, caminando las piernas, los dedos haciendo cosquillas al recolectarlos. De aquella cosecha salieron siete individuos aptos, adaptados a las necesidades del patrón.
Alentados por el éxito, los matarifes, compraron más terreno, más materia prima, más de todo. Escogieron mejores especímenes, aclimataron los campos, construyeron invernaderos para no tener que depender de los caprichos de la gente real, sus verduras eran más dóciles y baratas.
LaRataGris
Ufff ese día dejaré de ser jardinera. jejeje
Jamas, necesitamos jardineras que cultiven flores y esperanza, que no dejen ni un apice de tierra a la especulación…8P
Vale, toy deacuerdo… mientras me kamuflaré, por si akaso… jiji </:P
Abonaremos los campos y sus cabezas jajajaja