Allí donde cayó muerta de hambre un cartel pide una ayudita. Es su forma de ser recordada, una especie de homenaje, su lapida y también un olvido anterior.
Pasando cada día, viendo su piel pegada a los huesos que ya no respiran, los caminantes entristecidos, le echan la calderilla que les pesa y aligeran monedero y conciencia.- No,- tartamudea su calavera- que ya no puedo ni moverme. Me cuesta una vida pedirte esto pero, tráeme la comida, dame de comer, resucitame o déjame desaparecer.- Y un papel lleno de palabras suplicantes la recuerdan allí donde ya no hay mas que polvo, donde la dejaron desaparecer.
LaRataGris
cada día, en la misma parada de metro, siendo parte del paisaje…