Uno de los ejércitos de nuestros aliados han tomado las calles del enemigo. Existen informaciones contradictorias, mucha confusión, pero se puede asegurar que la ciudad es una tumba, un cementerio de cuerpos mutilados. Se levantan barricadas para detener los misiles, se defienden con piedras de las armaduras de los escarabajos. Una banda sonora de gritos y llantos a favor y en contra de los unos y otros se pierden por las esquinas. Se especula con que hay un centenar de muertos, un millar esta noche si sigue la progresión actual. El libro de los récords mundiales se alegra con esta nueva masacre en la que casi todos los cadáveres son de los malos. Con ya demasiados años de guerra ninguna contienda parecía lo suficientemente cruenta como para superar las marcas ya establecidas. Existe una euforia en la editorial de este grupo empresarial al que pertenezco por las ventas previstas.
Última hora: una secretaria de nuestro bando se ha roto una uña transcribiendo los partes de guerra. Las represalias serán tremendas.
LaRataGris
Ahora recibimos, más que nunca en la historia, información de lo que acontece en tantas partes del mundo, (la hay de objetiva y honesta entre la mucha que resulta manipulada).
Aun así, este es tiempo de sordera ante lo ajeno -hasta el vecino de puerta asoma lejos-
Pero, queremos ser bien vistos, por ello cabe hacer que nos intuyan; solidarios, humanos y próximos, aunque en realidad sólo mande defender una mera imagen; la intención de aparentar.
(Te confieso que ya hace un buen tiempo, cuando estoy frente a un espejo, procuro contemplar mi realidad aferrándome a la honestidad)
un abrazo
Tienes mucha razón en todo lo que dices y me alegra que intentes acercarte a la honestidad.
salud