– Donde digo Diego…- el presidente multiversal hablaba un chino muy castizo. Se equivocaba y rectificaba porque era blanco un día, negro si le cambiaban los vientos, podía pasar por rojo si no le implicaba marcharse por el camino de la izquierda. Era una apariencia estética para mantener contentos a sus votantes y a sus posibles votantes.
Levantaba los brazos y sin apenas mover los labios- prometo- y prometía papel mojado que a pesar de todo demasiados creían seco.
Pero la gente estaba cansada de tanto blablabla, por eso lo volvieron a elegir mientras las malas lenguas seguían criticando. Es curioso como el universo disfruta de la ironía con tanto tonto suelto.
LaRataGris
Y lo hara mejor que alguno de los simios que tenemos ahora