Los hombres pequeños se ven enormes sobre sus grandes pedestales. Se agitan en especulaciones imposibles- ¡Yo!- no importa el resto. Él es valor seguro y tiene que aparentar la fuerza, la determinación.
-Yo- dice el otro con la misma finalidad.
Hay un tercero, más pequeñito, que expresa los mismas ideas: Yo, mientras se señala el pecho con fuertes golpes de sus puños para mostrar su poder.
Son eternos enemigos que jamas se alejaran de lo anteriormente dicho a menos que lo nuevo sea yo, yo y tres veces yo. Si lo repiten esa tercera vez frente al espejo quizá puedan llegar a un acuerdo por el bien del súper yo.
Disfrácelo de estabilidad, de sentido del deber, de sentido Común o de lo que usted quiera, el resultado es que el mundo es el mismo pero sin máscaras o con ellas o vete a saber que…pues son políticos y de estos, ni de los otros, no te puedes fiar.
LaRataGris
Genial
Muchas gracias 8)