Uno de los ejércitos de nuestros aliados han tomado las calles del enemigo. Existen informaciones contradictorias, mucha confusión, pero se puede asegurar que la ciudad es una tumba, un cementerio de cuerpos mutilados. Se levantan barricadas para detener los misiles, se defienden con piedras de las armaduras de los escarabajos. Una banda sonora de gritos y llantos a favor y en contra de los unos y otros se pierden por las esquinas. Se especula con que hay un centenar de muertos, un millar esta noche si sigue la progresión actual. El libro de los récords mundiales se alegra con esta nueva masacre en la que casi todos los cadáveres son de los malos. Con ya demasiados años de guerra ninguna contienda parecía lo suficientemente cruenta como para superar las marcas ya establecidas. Existe una euforia en la editorial de este grupo empresarial al que pertenezco por las ventas previstas.
Última hora: una secretaria de nuestro bando se ha roto una uña transcribiendo los partes de guerra. Las represalias serán tremendas.
LaRataGris