Morir del lado correcto
26 enero 2015Noticia de última hora
4 agosto 2014Uno de los ejércitos de nuestros aliados han tomado las calles del enemigo. Existen informaciones contradictorias, mucha confusión, pero se puede asegurar que la ciudad es una tumba, un cementerio de cuerpos mutilados. Se levantan barricadas para detener los misiles, se defienden con piedras de las armaduras de los escarabajos. Una banda sonora de gritos y llantos a favor y en contra de los unos y otros se pierden por las esquinas. Se especula con que hay un centenar de muertos, un millar esta noche si sigue la progresión actual. El libro de los récords mundiales se alegra con esta nueva masacre en la que casi todos los cadáveres son de los malos. Con ya demasiados años de guerra ninguna contienda parecía lo suficientemente cruenta como para superar las marcas ya establecidas. Existe una euforia en la editorial de este grupo empresarial al que pertenezco por las ventas previstas.
Última hora: una secretaria de nuestro bando se ha roto una uña transcribiendo los partes de guerra. Las represalias serán tremendas.
LaRataGris
Integrando a Lorena
11 octubre 2011Lorena se levantó despacio, dejando que toda su estructura molecular bailase con el universo. Abrió los ojos y una cara poco amigable le gritó- más deprisa, corre, empieza a funcionar.
Empujada caminó demasiado rápido, se convirtió en carrera olvidando todas sus moléculas más resistentes.- Revolución- le suplicó cada poro de la piel- busca felicidad, ella te ayudara- pero Lorena sintió miedo. Ya había perdido media vida en ráfagas de velocidad y, ahora, no quería que su vigilante le robase otra media por pensar libertad. Le pidió clemencia sin haber hecho nada y el reestructuro sus rutinas para que no volviese a imaginar tonterías.
Se levantaría antes, comería menos y la aceleraría un poquito más. Siempre pinchándole, azuzando, sacándole todo el jugo hasta convertirla en una muñequita, una autómata simple, de respuesta ágil y predecible.
Cuando la mente empezó a ser un estorbo, en el mismo instante en el que su cuerpo comenzó a moverse por reflejos adquiridos, Lorena dejó de existir.
Todo lo que realmente era se había disgregado en el infinito. Se había quedado en un algo seguro, sin miedo y sin vida.
LaRataGris
Solos
18 junio 2011Cuando el hombre triste tararea las habitaciones se encojen de pena y el viento levanta un poco de polvo para formar la silueta de su soledad. Hace mil años que se fue, hace un segundo que volvió a verla, sentirla…amarla. Y con cada paso de baile el hombre triste sonríe por que vuelven a vivir en su casita de toda la vida, con los sueños intactos.
Se apaga la luz. Como cuando no había electricidad. Se va a dormir prontito, se acurruca junto a los recuerdos. Deja las deudas en el comedor, la ventana abierta por si se quieren marchar.- Sois libres- les susurra. Pero no se irán sin cobrar de una u otra manera.
Por la mañana la mala leche natural. Se agría en el cartón, no hay galletas, ni cereales. Sólo queda hambre y una pensión que no le llega.
Mira la silla vacía, le tira un beso, un guiño y vuelve a tararear su canción. Se pasa el día danzando con la nada, esperando que alguien venga a echarlo de su hogar.
A veces su fantasma le habla, le abraza y le consuela.- Se nos acabo la cuerda, mi amor. Ya no puedo seguir esperando.- Sale a la calle enemiga. Hay mucha gente solitaria, hay dolor, hambre y silencio… nadie se atreve a lanzar la primera palabra pero, cuando por fin brota, el que más el que menos esta con el agua al cuello y el futuro parado por falta de presupuestos. Todos entienden las miradas tristes y la desesperación. Ya no son uno sólo, hay muchas personas tarareando cambios.
LaRataGris.
Miedos
18 abril 2010Me encerré. Tres cerrojos, siete llaves y dos alarmas por si acaso fallaba algo. Aún así la casa silenciosa me parecía un peligro terrible. Cualquier crujidito se convertía en una bomba para mis oídos, las sombras se confabulaban contra mí. Me rodeaba una masa gris parduzca, me oprimía su descaro inventando formas diabólicas que me hacían perder los nervios. Busqué un interruptor…me detuve al instante, no sabía si sería peor aquella estancia en penumbra o que alguien supiese de mí por la luz de una ventana. Bajé las persianas, espanté los pocos rayos de luz que se atrevían a cruzar por alli y me quedé en la más absoluta de las oscuridades.
Me prohibi escuchar, oler, degustar,… sentir cualquier cosa y, aislado, no me percaté del primer cerrojo, del segundo, ni del tercero. Reventó una cerradura y saltó la alarma. Dos, tres y cuatro, con la quinta la otra alarma, seis y en la séptima mi enemigo aprovechó mi miedo, no lo ví, estaba demasiado preocupado por mi imaginación y las cosas terribles que creaba para mi…
LaRataGris