Muerto de hambre

21 noviembre 2023

En verdad era un muerto de hambre que no tenía donde caerse muerto.

-¿ Juan?- le llamó el jefe -. Ha llegado a mis oídos que vas al lavabo a beber como si fueses un sediento, que te bebes mi agua y ya me has robado demasiada.

El muerto miró a los ojos de su dueño, también dueño del agua – Pero, amo, tengo sed.

– Mira, Juan- volvió a repetirle el jefe-, ya te he dicho que te he dado demasiada. Esto es una empresa, no una ong.

Acto seguido le explicó donde tenía una máquina expendedora, una máquina que le daría su bebida, una máquina que había rellenado el propio Juan, con agua que el mismo había embotellada con mimo y dedicación.

Pero, como era un muerto de hambre, no tenía monedas; no podía recuperarla.

Cuando murió sediento si que tuvo donde caerse, el empresario se rió.

– No tenía madera de trabajador. El muy cabrón quería que se lo diesen todo hecho. Venga a producir-les dijo al resto-. Que este agua no se va a envasar sola.

LaRataGris