
Paz social
1 mayo 2021”Mohernos”
28 noviembre 2017Habían pintado las paredes con dibujos inofensivos, con alguna palabra escrita, algo fuertecilla: Polla, joder, hijo de puta,…y risitas nerviosas
Eran tipos duros mezclando vino barato con el refresco de cola de la marca blanca del super, Eran niños jugando a disfrazarse de todo aquello que creían que les hacia más mayores. Se infantilizaban en realidad. Se lo potenciaban para que cuando de verdad llegase la madurez al amo le fuese sencillo controlar todos sus inseguridades.
Serían adictos a esa diversión rápida, de bajadas largas. Querrían seguir siendo Mohernas» antiguallas, con vocación a la ceguera.
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Más mohernidad bien entendida en:Payhip o Comic Square
Solitarios
12 octubre 2017Lentamente fue tranquilizándose. se sentó en el suelo y le pidió a su corazón un poco de calma.
-¿Estas bien?- era como un maniquí sin rostro, inexpresivo, carente de emociones. Le sorprendió que aquel «objeto» fuese lo único que se preocupase por él
-Si- le respondió con el rostro deformado aún por el terror-¿Qué era eso?
-No lo se- el maniquí caminó por la pequeña habitación hasta que estuvieron pegados , algo no muy difícil en aquel cuchitril. Con movimientos mecánicos empezó a acariciarle el pelo, intentando espantar los malos pensamientos.- Yo he llegado como tu, sin saber ni el como ni el por qué. Pero ya he aprendido a no preguntar y quedarme en mi sitio. De tanto en tanto traen comida, a veces aparece alguien como tú, huyendo de él, relajate y el tiempo en el que sobrevivas estarás más contento. Ven, aquella esquina es la mejor donde estar.- Su dedo señala un recoveco en el que la oscuridad oculta sangre seca, huesos humanos y un hacha- Allí es donde preparo la comida que me traen, allí es donde despiezo la carne fresca. El amo siempre provee si no te quejas. Ven, seras feliz mientras estés vivo
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Arañas insignificantes
15 diciembre 2015Al final de la escalera, entre sombras, habita una arañita pequeña, la más diminuta e insignificante, prescindible. Las arañas importantes visionan vídeos en sus despacho: exigen transcripciones y resúmenes de todas las conversaciones importantes de los humanos. Sus arañas secretarias seleccionan las más relevantes y peligrosas para los arácnidos. Suben y bajan moviendo sus patitas de alambre tan deprisa que parecen hacerse nudos con los que debería ser imposible continuar y, aún así, no paran.
Los insectos han organizado un gran ejercito para defender a su pueblo. Detienen a todo aquel elemento subversivo que parece tener todo el apoyo necesario para alterar sus planes. Las arañas gordas llegan con sus telas y sus armas dispuestas a imponer orden mientras, al final de la escalera, arriesga su vida para conseguir información del enemigo aquella que simplemente cambiara un amo por otro.
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La partida
24 agosto 2015El jugador Uno: amo y señor de las fichas, el tablero y los dados; tiene derecho a imponer sus reglas del juego.- Según observemos la evolución de la partida: los marcadores macroeconómicos, la economía sumergida a pequeña escala, la deriva y el devenir de las divisas internacionales, nos mostraran las instrucciones a modificar y las inamovibles, inapelables, internas, intrínsecas a nuestra naturaleza humana.
El resto de jugadores: amigos, conocidos o amigotes de Uno, le apoyaran, lo felicitaran el día de su cumpleaños y esperaran que las normas sean benévolas con ellos- jugador Uno sabrá ser agradecido-les alarga la vida con sus palabras.
El verdadero resto de los jugadores: Los desechos, dueños de la inútil suerte, obedecerán, acataran, agacharan la cabeza o…-Prefiero jugar a piedra, papel, tijera, lagarto, Spock- grita un cualquiera- Para eso sólo necesito la libertad de mis manos.
– Nueva regla- espeta Uno- les cortaremos las manos a las fichas estúpidas, disidentes.
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El rincón del poeta
30 junio 2015El poeta vivía un sueño de palabras delicadas, con las que construía frágiles fortalezas de resistencia. Pintaba la realidad con plastidecores y tinta china pero, siempre el hambre, acababa guiando sus pasos por los caminos de la condena. Tenía un trabajo prisión en el que debía producir grises.
Cada día, el amo, contaba los excedentes que tenía que destruir-¡Tiene que sobrar más- gritaba cuando se sentía un pobre que no derrochaba, que malgastaba menos que su competidor- ¡Tenéis que ir más deprisa vamos, vagos, producid!
– Uno más- se decía el rapsoda- sólo uno más para poder comer.
Si nadie miraba escribía un verso apresurado, apenas un haiku, al que robarle el olor durante el resto de la jornada. Una esperanza.
-¡Señor Eme!- Su dueño estaba formado por los peores clichés de un tirano. Transmutado en cerdo sudoroso, de sonrisa parca y palabras ofensas- existe un rasgar de lápiz inapropiado en esta oficina, como si alguien escribiese versos para no estar trabajando ¿Sabe usted algo?
-Fue,- la hoja arrugada de palabras se pierde en el bolsillo- fue sólo un instante.
– Ha de producir, esclavo. No le pago para holgazanear. Que no se repita.
Una cámara comenzó a seguir sus pasos de poeta, alguien contaba las veces que respiraba, si perdía algún segundo en un movimiento innecesario.
Me duele el hambre. Yo que sólo necesito un punto pequeñito donde caerme muerto, beber el aire de forma suave y pausada. Me obligan a la inmediatez, a lo mundano.
Me duele el hambre, amigo mio, de una forma que sólo puede ser sentida, me es imposible explicarte como me esta pudriendo por dentro esta sin razón que es el trabajo.
Me duele y se me corta el aliento con lo que quieren que haga y hago. Me sienta tan sucio este traje de obligaciones que me desnudaría para no necesitar sus telas infectadas. Quedaría a la vista, igual que en esta carta que te mando, comería vientos si no me doliese tanto este hambre que me destroza.
-¡Señor Eme!- siempre otro grito- salga del lavabo, ya lleva demasiados segundos sin hacerme ganar más dinero- pero Eme se había marchado.
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El hombre del momento
12 mayo 2014Hacía tanto ruido, se hacía notar de tal manera que todos acababan mirando para ver como gritaba- ¡ Soy el más mejor!- El todopoderoso rey del mundo empezaba a creerse la leyenda que, unicamente el, se había inventado. Según contaba podía dominar los vientos y sus súbditos habían de agradecerle desde la leve brisa hasta el huracán más despiadado.- tales son las exigencias de vuestro monarca. Su majestad I del multiverso. No, no soy vuestro rey, soy un dios, el dios.
Su deidad se había construido una torre de oro macizo, o algo similar que pudo pagar, donde recibía a todo aquel que fuera digno de su presencia. Se sentaba en su incomodo trono de zafiros de plástico y esperaba a que alguien solicitase audiencia para decidir si lo recibía o no. Evidentemente no vino nadie.
Murió de frio y hambre, esperando la comida que había ordenado telequineticamente para poder seguir haciendo nada. El hombre del momento, una pequeña nota en sucesos. No un dios, tampoco un rey, ni tan siquiera un ser vivo; un cadáver hallado tras varios días de estar muerto sin que nadie notase su ausencia de no ser por que dejo de hacer ruido para que sólo se escuchase la paz.
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