Aunque su nombre estaba escrito con letras doradas sobre la historia, en realidad, no era nada oficial.
Él mismo, pequeño como era, había cogido el espray y se había inscrito en el rincón que consideró más adecuado.
La historia oficial: ofendida, ofuscada; sacó el trapo, agua, jabón y quiso borrar la huella. Sólo quedo un insignificante residuo que no se veía en la distancia.
Un resto que se podía investigar, seguir su hilo hasta una historia alternativa que nadie iba a buscar y, aún así, allí estaba.
LaRataGris
Escrito por laratagris 








