Like a gift

7 marzo 2023

Aproveché una oferta para comprarme algo que no necesitaba, que no podía pagar.

Un trasto demasiado grande, color crema y suave. No me combinaba con el Feng shui de la casa ni me transportaba al shangri-la y, aún así, le busque el rincón perfecto; lo deje Protegido con una colcha estampada.

Aunque compré la tela sin descuento hacia juego con el color de mis ojos y la puedo pagar a seis meses, con un interés razonable.

Mostré mi adquisición con orgullo, fotografié y presumí de preciosa inutilidad; etiqueté al vendedor por si alguien más quería disfrutar de mi dicha.

Fue un lujo instantáneo que me catapultó de inmediato al Olimpo de los corazoncitos y los likes de todas las redes sociales. Luego paso su momento y me puse como loco a buscar nuevas ofertas para viejas novedades.

Hipoteque mis pertenencias, sonreí al mundo, que maravilla ser sin tener.

LaRataGris.


Billetes rápidos

20 septiembre 2011

Parecía estar en el mundo que le convenía. La vida le apetecía y si algo se rompía tenía dinero suficiente como para poder sustituirlo. Era un privilegiado disponiendo de esclavos a tiempo parcial, al menos hasta caer en la realidad. Lo empujaron sin piedad y lo destrozaron para que no quisiera volver. Los beneficios ya no podían aguantarlo y le sugirieron algo más acorde con sus nuevas posibilidades, tal vez una cuneta o un discreto bar de alterne donde ahogarse.

Sin hacer caso se pasaba el día llorando, contando cuantas existencias podrían haber sobrevivido con los caprichos de la anterior.

Su feng shui se desplomó sin poder pagarse un asesor adecuado. Sus amigos desparecieron con el saldo del móvil, no podía localizarlos y ellos no querían devolverle la llamada. Se quedaba solo mientras su antigua empresa, su hogar, improvisaba un nuevo déspota. Igual de eficaz pero treinta años más barato y maleable. El ya no podía seguir ese ritmo. Su edad no aceptaba cualquier trabajo y los importantes le rechazaban una y otra vez, igual que los que nunca hubiese querido, no le necesitaban.

Se refugió en los recuerdos del frigorífico lleno, los excesos y la rapidez. Con sus últimas monedas se compró un ticket de regreso pero le estafaron con la dosis y el viaje duró demasiado.

LaRataGris