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9 diciembre 2022Miedo a no tener nada
29 octubre 2021Caídos en desgracia
22 octubre 2018Ahora ya no se habla de crisis, somos tan asquerósamente ricos como siempre hemos sido, pero ya no se habla de crisis.
Isabel se quedo sin trabajo un año antes de que todo se fuese a la mierda. Era, en definitiva, una afortunada. Había aprendido a hacer malabares trescientos sesenta y cinco días antes que el resto de plantilla. Por eso, aunque llegaba debilitada por el hambre, aquella crisis no era nueva para ella.
Sin más le hizo un hueco a los nuevos. Les explicó donde encontrar los mejores rincones para desaparecer, siempre necesitan esconderse, sobretodo al principio, incluso en comunidades tan unidas como está.
Les explicó sus desventuras esperando que aprendiesen de sus errores, sabiendo que probablemente no lo harían. Recién caído aun te sientes superior, incapaz de llegar más bajo.-Me levantare- siempre piensan lo mismo. Ella esperara para recoger sus restos, cuando ya no se crean mejor que nadie, incapaces de seguir cayendo, aunque siempre quiere equivocarse, con esto, pocas veces lo hace.
-Todos tenemos que cometer nuestros propios errores- les decía- pero el que quiera me puede escuchar.
Algún día esto seria un mal recuerdo, cuando les convenzan que así es la realidad y estar tan jodidos sea sustituido por una aceptación de que esa es la vida que les toca. Mientras llega ese triste momento avanzan, con suerte se levantara una revuelta antes de que se den cuenta de que ya no hay nada que hacer, porque ya nadie habla de crisis.
Cuarenta ladrones
15 enero 2018Han pasado cuarenta años como cuarenta ladrones, llevándose gran parte de mi vida. Siempre la que no tiene que ver conmigo, la otra me queda para la eternidad del recuerdo.
Yo que siempre he estado en crisis: Un trabajo alimenticio, poco tiempo libre y un mundo que gira indudablemente a la derecha, contra mi izquierda revolucionaria.
Es imposible realizarse cuando tu no quieres subir peldaños prefabricados de mierda. Necesitas un valle infinito por el que caminar. Allí estaba, siempre intentando construir utopías mientras me lanzaba contra el muro de su realidad, esa cabezoneria era lo que hacia soportable mi derrota, estaba perdido pero consciente.
Por eso pensé: Si esto no es crisis a los cuarenta me voy pegar una ostia considerable.
y llegue con las inseguridades habituales. No me dio para comprarme un descapotable, ni económica ni mentalmente, no podía, ni quería. Tampoco me apetecía liarme con una chiquilla que pudiera ser mi hija ¿Pintarme el pelo de amarillo pollo? ¿Para qué?
Por la ropa siempre he sido bastante hortera, pero no me iba a ceñir unas mallas de cuero, calcetines de dandi venido a menos… En cambio me multiplique en lo que siempre había disfrutado: Mis niños, el dibujo, la escritura,…
Aprendí que las crisis son acordarte de que una vez tuviste sueños que ahora ves imposibles.
Te dices a ti mismo: ¡ya no los cumplirás!, eres cruel e insensible. Yo sigo siendo un soñador y por eso tengo trece años, donde no habitan las miserias. Hace mucho tiempo que entendí que cumplir más no me llevaba a ningún sitio, por eso me mantengo en mis trece, madurando mientras veo al mundo envejecer.
LaRataGris
Si quieres colaborar en cumplir alguno de mis sueños puedes hacerlo en: Payhip o en Comic Square
Nestor Bakyunin
22 diciembre 2014¿Quien es Nestor Bakyunin? No creo que halla alguien que no conozca al campeón multiversal pero ¿quien es realmente Nestor Bakyunin?
El menor de una familia humilde: su padre obrero cualificado en Pujalte S.L., su madre asesora internacional para la división Manhattan, todos sus hermanos conocidos de sobra.
Creció sin su madre, siempre de viaje, y su padre llegaba tarde y cansado, se dormía intentando jugar con ellos. Su hermano, Henry, era el encargado de que nunca le faltase de nada- tienen demasiados títulos para no ser nada- era algo que Henry decía cada vez que el padre empezaba a roncar.
Estudiaban en un colegio publico, cuando los recortes los habían dejado siendo un reflejo de lo que fueron. Buenos profesores no podían compensar demasiada religión, demasiadas leyes irrefutables. Nunca llegó a comulgar con todo aquello y a punto estuvo de tirar por el retrete sus estudios por no enmascarar sus opiniones sobre el cristo de los térmicos. Finalmente, llegado el día, contestó con la milonga que le habían explicado y aprobó no sin cierto recelo de su profesor.
La universidad fue un escollo insalvable. Habían despedido a su padre por que la empresa no ganaba tanto como preveían y su madre nunca había tenido un sueldo de macho alfa. Sin beca, una vez más por los recortes, solo podía ir de oyente en las clases teóricas. Practicaba en casa donde daba rienda suelta a experimentos que jamas le hubiesen permitido oficialmente. Al contrario que sus padres, sin titulo, era alguien que no podía ser contratado. Unicamente podía optar a trabajos físicos donde fueron reduciendo su inteligencia a base de golpes y palizas. Así fue como adquirió su resistencia y su necesidad de titulación. El camino fácil fue la lucha libre donde escaló puestos hasta convertirse en el campeón multiversal que todos adoramos.
De las memorias del mejor luchador multiversal, Nestor Bakyunin.
LaRataGris