Fugaces

5 agosto 2024

No era más que un segundo, un instante tan bonito que le pretendían las horas. La una, las dos, las tres,… Tanto daba si era de mañana o de tarde, la noche más profunda también quería que aquel fuera uno de sus momentos.

Para convencerlo le mostraban el tic tac de su paso, le ofrecían un lugar preponderante en la esfera de su reloj.

– Podrías ser el cambio de hora- le tentaban-. Incluso, si quieres, puedes ser el segundo que se aleja de un día para entrar en el siguiente- le decía la medianoche.

Le regalaban los oídos, le suplicaban, le exigían pero el se fue como un suspiro, solo y sin darse cuenta.

LaRataGris


Memorias de un pez cualquiera

15 diciembre 2020

La memoria de un pez octogenario se limita a los últimos segundos de vida.

-¿De qué estamos hablando?

Nada por instinto y responde preguntas como una flecha, sin apuntar.

No sabe más por viejo, no importa en la inmensidad del océano.

Tiene una revelación; el sentido de la vida se abre ante el como un libro mágico. Comprende cada uno de los engranajes que hacen girar el multiverso, descubre la fórmula que lo hará inmortal, la felicidad infinita.

Por un instante su rostro se ilumina y, un segundo después, de nuevo nada.

se pregunta «¿de qué estamos hablando?.»

La memoria son los pocos segundos que atesora y luego desaparecen arrastrados por la Corriente.

LaRataGris