Aunque en sus ojos se leía la verdad había decidido mentir con su cuerpo. Se movía como una serpiente en el agua caminando decidida e impactante.
– Eres casi toda mentira y aun así…-Sin prestarme atención parpadeó para callarme y me quede mirando como se alejaba fuerte y sutil. Acabe la frase cuando ya estaba perdida en el infinito.-… aún así se intuye la triste verdad.
La leí en sus ojos de miel, una historia sin final que ya había acabado.
Ines, sólo unas iniciales en el periódico: I.S. murió buscándose la vida.
Ellas que habían escrito libertad con sus pócimas fueron tildadas de brujas, dijeron que sus remedios eran venenos y ya nunca más fueron las mujeres sabias.