
Lengua muerta
27 mayo 2022El turista
19 abril 2022Las calles comunes estaban llenas de vacío y dolor. Marv caminaba como un turista que ya ha estado allí. Conoce los lugares emblemáticos: donde se pilla, el precio de cada amigo y el callejón de los deseos.
Ni siquiera son zombis, sus habitantes no caminan, no reaccionan. Algunos solo se quedan de pie, sacudidos por el viento. Respiran Como un guiño a la vida, una mentira que poco más parecen poder mantener.
Los pocos que consiguen salir de su letargo es para pedir unas monedas o un sitio donde caer muerto.
Uno se le acerca siendo solo piel y huesos. -¿Unas moneditas? -pide con voz de goma y mirada perdida. A pesar del aspecto lo reconoce aunque para él, Marv, es solo un extraño que le puede dar un respiro.
-No traigo demasiado -vacía el monedero sabiendo que, si no se lo gasta de golpe, tendrá para tres días de paz. Con suerte no morirá con la primera dosis.
-Gracias, tio.
-De nada, Kevin.
No hay charla ni moral, el también ha estado en esa muerte y sabe que las palabras no salvan náufragos.
LaRataGris
Amor sintético
14 septiembre 2021-¿Andrea?- llamó con su voz ruda y penetrante-¿Andrea?- la modulo a una caricia de palabras dulces como el almíbar.
Así, durante cinco minutos. El amor sintético de Andrea lamió el cuerpo sin vida, desnudo contra el suelo, sin reacción.
-¿Andrea?- hizo un último intento antes de iniciar el protocolo de rescate. Un pequeño clic y sus pensamientos volaron hasta la mente colmena.
-¿Policía?
-Código seis. Se precisa ambulancia y agente
Acto seguido cifró algunas imágenes para que los nanobots llegasen con un mapa claro de la habitación.
Inmediatamente después activo las sinapsis del dolor y comenzó a llorar lágrimas artificiales sobre el cuerpo frio.
Cuando llegaron poco quedaba para los reanimadores. Trabajaron con alguna función básica, que a duras penas resistía, mientras sustituían carne por réplicas de cristal y cerámica. Como una autómata primero, comenzó a respirar de forma rítmica, moviendo su cuerpo de forma seca.
Su compañero hidráulico abrazo el cuerpo sintético que le devolvió el abrazo.
-Ya nada nos separa- susurró el autóma-ya no nos separa tu frágil carne de humana.
LaRataGris.
El gran final del mago
31 agosto 2021Esparcidas por el suelo, salpicadas con cerebro, las cartas del mago. No dibujaban la solución a ningún truco, habían saltado de mil pliegues de la ropa; de forma incontrolada, al recibir el disparo. Se distribuyeron de forma aleatoria mientras el mago caía redondo, fulminado.
El cuerpo convulsionaba mientras la sangre huía despavorida. Ante los últimos estertores el tramoyista bajo el telón para darse cuenta que partía el cuerpo por la mitad, dejando unicamente invisibles las piernas y parte del tronco.
-¿Hay algún medico en la sala?- Comenzó a gritar su chica florero, pensando quizá más en un médico forense más que en un matasanos. De está no sale, pensó complacida mientras los espectadores se atropellaban asustados, intentado escapar de un terror invisible.
Llevaba demasiado tiempo a las ordenas de aquel baboso y no conseguía cogerle cariño .
-Por favor-, volvió a repetir más como coartada que como preocupación- ¿algún medico en la sala? ¿un medico?¿alguien?
…
El mago alejo la precognición que le anunciaba el futuro cercano. Había aprendido lo inevitable a fuerza de repetir sus visiones con exactitud milimétrica.
Con resignación reviso el tambor cargado con una única bala y saludo al público.
-El destino- declamó para la gente entregada- nada nos permite eludir el destino y, aún así me enfrento a el, para su entretenimiento, aún sabiendo que una bala lleva mi nombre. ¿Podré adelantarme y tomar otro rumbo? ¿cómo saber si ese cambio está también predestinado?
Con grandes dotes teatrales sacó y mostró la bala, la volvió a meter en el tambor y le pidió a un cualquiera que lo hiciera girar a su antojo. Su partenaire lo señala con ambas manos mientras el muerde el cañón y un redoble anuncia lo inevitable.
-¿Que tendría que hacer para evitar lo que ya está escrito?- Intentó que fuera entendible, con el sabor a metal empujando el paladar. Fue entonces cuando apretó el gatillo y: esparcidas por el suelo, las cartas del mago.
LaRataGris
Más humano, demasiado
27 julio 2021-La guerra olía a pólvora y sangre seca, como fuego lamiendo la tierra. Carne fresca orando a gritos; desprendía el aroma agrio del llanto desesperado y la destrucción, un monstruo horrible al que se hacía necesario domesticar. Necesitábamos humanizar el horror.
Se crearon las batallas inodoras. Decididas en fríos despachos a golpe de teléfono. Contabilizar a los invisibles, convertirlos en víctimas silenciosas, eliminarlos de forma discreta.
-En el tercer mundo-, recalcó el consejero delegado para asuntos directos-, allí que se empeñan en las barbaries de siempre.
El primer mundo era más sutil y elegante.
Mataron en cada conflicto, de forma discreta, sin mancharse las manos. Dejaron que el hambre hiciera su trabajo, que la inanición se llevase las sobras-contribuye o desaparece.
Saca tu pistola-tarjeta, apunta, fuego para que todo sea más humano.
LaRataGris
El cuento del profeta
18 agosto 2020En mil setecientos veinte el autor francés, de ascendencia austriaca, Lukas Maximiliano Lehner, publicó la novela “Non-retour”. Esta, aunque a día de hoy se puede considerar como una obra visionaria, paso sin pena ni gloria, siendo incluso tildada en su momento mera fantasía, poco creíble y llena de ensoñaciones imposibles. Es más tarde cuando se recupera, fascinados por la increíble precisión con la que retrata rasgos de nuestras sociedades modernas, de una forma desmesuradamente costumbrista.
Unicamente al alcance de otros grandes autores de ciencia ficción como Asimov, Bradbury, K. Dick, Ursula K. Le Guin,… su obra parece no envejecer, más bien al contrario. Con un grado de descripción tan aterradoramente acertado que parece estar describiendo situaciones actuales sobre las que, evidentemente, el señor Lehner no tenía ningún tipo de conocimiento, llegando hasta el punto de hacernos aceptar como plausible la idea de un viajero del tiempo.
Lukas escoge el año dos mil veinte para desarrollar su historia, sin miedo a la futuras comparaciones que esto pueda generar.
Vislumbramos ahora, a toro pasado, todas las advertencias que el autor vertió en dicha obra.
Antes de adentrarnos, por eso, en una valoración más detallada del contenido detengámonos en ciertos paralelismos que no debemos dejar pasar por alto. Tanto mil setecientos veinte como dos mil veinte son años bisiestos, hecho que seguramente el autor determino con un sencillo calculo para, de está forma, poder reflejar su tiempo en el nuestro. Además en mil setecientos veinte una epidemia de peste negra asolo Francia, si bien no tuvo un carácter tan desbastador como la más recordada de mil trescientos cuarenta y ocho, es evidente que fue el detonante para comenzar a fascinarnos con su gran novela.
Entrando de lleno en la obra diremos que la trama oscila entre lo tópico y lo absurdo, permitiendo al estudioso que no se distraiga con hechos triviales. Lukas consigue así que el lector se centre en la verdadera fuerza de su escrito, en su anticipación de sucesos venideros.
Habla por ejemplo de una tecnología futurista en la que se pueden reconocer los actuales móviles: » … deslizó la tapa de la bonita caja, donde guardaba un millón de datos entre lo relevante y lo estúpido. ¿Cómo erá posible que cada persona del mundo guardase una entre los pliegues de su traje? ¿Cómo podían esconder en ellas tanta información?». Sus protagonistas, encerrados en colmenas habitáculos para protegerse de la enfermedad, se pasan la mayor parte de la novela atrapados en las imágenes que habitan sus cajas mágicas, no paran de consultarlas y guardar en ellas más recuerdos que no volverán a mirar.
Tras varios intentos por recuperar la normalidad y sus consiguientes rebrotes, la población va diezmando hasta que, finalmente, se convencen de la gravedad y abandonan el uso de mascarillas estéticas, decantándose por aquellas que pueden dar mas protección.
Claro que no coinciden los nombres y los carruajes subterráneos son una suerte de metro masificado, en el que mensajes contradictorios se mezclan con lo que se debe hacer y lo que se puede: “No use el transporte para evitar aglomeraciones pero no deje de usarlo para ir a trabajar”
Habla de héroes de no hacer nada, de aplauso fácil para luego esconder la cabeza bajo el suelo.
Las copias que se pueden consultar a día de hoy son escasos y en mal estado. Son ejemplares que han pasado de generación en generación como una reliquia que cada nuevo vástago ha ido cuidando y atesorando con menos intensidad.
Algunas de las copias que he podido ojear pueden resultar curiosas a nuestros coetáneos. Las que han podido salvarse de la quema del olvido cuentan con preciosos grabados que parecen dibujar, con la misma precisión que sus palabras, los tiempos que nos ha tocado vivir.
Tres encierros nos quedan, si hacemos caso de sus palabras, tres encierros antes de tomar conciencia e intentar solucionarlo. Con el tercero, el libro, describe un punto de no retorno en el que las clases populares serán el primer sacrificio al Dios vengativo del dinero. Tras el martirio volveremos a respirar no sin antes provocar un verdadero cisma en la sociedad.
¿Lo conseguiremos? un final abierto y algo vago nos impide anticipar la interesante conclusión.
-Tendrás que vivirlo.- parece querer decirnos Lukas, como si ya hubiese hecho demasiado avisándonos y la salvación solo estuviese en nuestros manos.
LaRataGris