Llégame pronto, final

11 febrero 2020

Algo más deprisa, llevame final sin que las comas me retengan. ¡Que empiece la carrera!

-¿Preparados? ¿listos?… – Suena un disparo de fogueo y los Competidores se lanzan a la lectura.

Lectores de todas las nacionalidades toman aire y se sumergen en un mar de letras escogido por la organización. Casi sincronizados giran la primera ola y, de repente, alguno empieza a alejarse del grupo en la segunda página.

Los más veteranos se queden retrasados, reservan fuerzas para el clímax final, prefieren ir surfeando en el tocho sin sentido.

En cabeza, sin reducir la velocidad, los favoritos derrapan sobre unos puntos suspensivos.

-Un accidente en la mesa cuatro.

La jueza señala la infracción, retiran el libro al que, con demasiado ímpetu en el giro, le ha arrancado una página esencial para la trama. El nadador se la intentaba comer cuando le pillaron. Señalado por los restos flotando sobre el libro, lo expulsan de la biblioteca, con una sanción para las próxima competiciones.

Parece que once tiene algún problema. Dobla la punta de la página por la que va y se levante dirección a boxes.

Su entrenadora, hermosa mujer escandinava, se acerca preocupada. Podrían ser las almorranas, que ya le hicieron la vida imposible durante las pruebas clasificatorios.

Atención: nos comunican un cambio sustancial en la mesa nueve. Su lector, un gran espécimen, coge velocidad y, como si solo hiciese una lectura en diagonal empieza a avanzar en lo que parece un sprint final.

Mesa tres parece despertar del letargo y decide no pararse en las comas, se los come mientras lo lee todo con signos de exclamación, monosilábicamente, pero llega tarde. Nueve le saca al menos cincuenta páginas, esto parece que sea un paseo para el murciano para el que no existen los vocales.

Ya se veía con el diccionario de oro. se lo entregaría la ene minúscula, venida desde el cuartel general de la R. A. E. para hacer los honores.

Algunos se dejen caer perdidos, se duermen sobre el libro sabedores de que la derrota es evidente cuando, de repente, cinco, de forma inesperada, vuelve a estar en la competición. llega buceando, sin que nadie lo vea hasta que es demasiado tarde y pone punto y final a la lectura, dejado a nueve saboreando un triunfo que no llega.

-¿Qué método ha usado?¿cómo lo ha conseguido cuando ya nadie dudaba del ganador? – Los periodistas se agolpan a su alrededor, lo avasallan deseando que la foto lo coja leyendo su periódico.

-Estaba perdido, con la edad que tengo es mi ultima oportunidad de rozar el oro, por eso me salte unos cien páginas para poder coger velocidad. No todo el mundo puede ir a la ultima página y finalizar sin más. Se necesita un entrenamiento especial, una técnica muy depurada, años de lucha.

-Ya lo han escuchado- Narró el reportero.- El campeón del mundo en lectura sincronizada, un ejemplo a seguir.

La velocidad nos da unas alas que somos incapaces de entender.

LaRataGris


Última carrera

4 febrero 2019

ultimamente necesito demasiado ese sueño reparador que de tanto en tanto pide la vida. Mis parpados empiezan a pesar como el yunque que le cae encima al coyote, mi cuerpo deja de responder. Me convierto en un autómata al que se le ha terminado la energia, aún me muevo, aunque más por inercia que no por un deseo real.

Amanezco con ganas de hacer nada, o un poco menos que nada, mientras me quemo a lo largo del día. Nunca la reparación del sueño es total y, aún así, noto que tengo demasiado por hacer, no puedo parar.

Con la poca fuerza que voy recogiendo intento aprovechar al máximo, no es una carrera, no pretendo llegar al final pero si recoger todas mis estrellas fugaces por el camino. Igual solo llego a la mitad, puede que menos, pero marcare mi ritmo… me detengo y cojo fuerzas para llegar donde yo quiera.

LaRataGris


El retornado

25 mayo 2017

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Portada Vota Charlie: Piezas

Y más política, pero sin tapujos, oiga.


Imbeciles con carrera

23 noviembre 2008

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