Negociar

1 abril 2022

Qubrr


Fluyen épocas

31 agosto 2020

-Buenos días- así empezaban todas las reuniones.

Alberto entraba el último por la puerta, incapaz de comprometerse con una hora. Saludaba siempre con su sonrisa canalla y el grupo le devolvía su bueno días levantando una segunda cerveza, todos menos Irene que se removía intranquila en su cuarto café.

Eran reuniones rápidas, más como una excusa de verse una vez al mes, no tanto para concretar la línea editorial.

Se conocían de hacia tanto tiempo que sabían de que pie cojeaban, su amistad era suficiente para repartir los artículos a la intuición de cada cual.

-Ya no podré venir más -Anna rompió la dinámica -tengo trabajo nuevo y el horario…

Sabían que en algún momento les iba a tocar crecer y este instante parecía el adecuado.

-Busquemos otro día- nadie quería perderse en el mundo después de que la noticia cayese como un jarro de agua fría. El periódico los había atado emocionalmente pero no daba para comer.

-¿El lunes?- quien podía el lunes le era imposible el martes y el jueves Germán tenía rehabilitación. Saray repartía los fines de semana, Teresa quería pero su padre…su hermano solo podía quedárselo los viernes.

Quedaron en llamarse, en concretar otro momento y se fueron despidiendo como si ya no se fuesen a ver jamás.

Alberto siempre apuraba hasta el último segundo, nadie lo esperaba ni lo esperaría. Miró la mesa llena de botellas vacías, de papeles garabateados con sueños, se acababa una época.

LaRataGris


Un pequeño viaje alunizante

23 abril 2020

un pequeño viaje alunizante

Si eres habitual por aquí ya sabrás que a mi por Sant Jordi, o en cualquier ocasión, me gusta regalarles un fanzine a mis cachorros, algo que no se puede comprar. Este año, con el tema del confinamiento, esperando a mi librero, la ocasión era ideal. Por eso me puse manos a la obra.

En esta ocasión e utilizado un formato más reducido, algo similar a las tiras cómicas de prensa.

Es curioso como esa elección me ha condicionado en algunas decisiones, puedo decir que he aprendido algo por el camino. En fin no me enrollo, si te lo quieres leer puedes hacerlo clickando en:

Un pequeño viaje alunizante

un pequeño viaje alunizante

Y si te interesa los que realice en años anteriores los tienes aquí : 2019, 2018, 2017, 2016

Espero que lo disfrutes y que te animes hacer uno para quien quieras, ya me contaras.

Salud


Arañas de plata

3 marzo 2020

La araña había tejido su casa con finas palabras de plata; su hogar, también su prisión.

Se deslizaba como quien todo lo sabe, con la seguridad de ser la primera en hablar y no esperar respuesta. Si algún insecto se enganchaba en su trampa lo envolvía en un discurso preparado. No dejaba que su interlocutor pronunciase ni un suspiro. -Que se seque y el tiempo y el hambre lo vuelvan jugoso, permeable a mis colmillos argumentos.

LaRataGris


Llégame pronto, final

11 febrero 2020

Algo más deprisa, llevame final sin que las comas me retengan. ¡Que empiece la carrera!

-¿Preparados? ¿listos?… – Suena un disparo de fogueo y los Competidores se lanzan a la lectura.

Lectores de todas las nacionalidades toman aire y se sumergen en un mar de letras escogido por la organización. Casi sincronizados giran la primera ola y, de repente, alguno empieza a alejarse del grupo en la segunda página.

Los más veteranos se queden retrasados, reservan fuerzas para el clímax final, prefieren ir surfeando en el tocho sin sentido.

En cabeza, sin reducir la velocidad, los favoritos derrapan sobre unos puntos suspensivos.

-Un accidente en la mesa cuatro.

La jueza señala la infracción, retiran el libro al que, con demasiado ímpetu en el giro, le ha arrancado una página esencial para la trama. El nadador se la intentaba comer cuando le pillaron. Señalado por los restos flotando sobre el libro, lo expulsan de la biblioteca, con una sanción para las próxima competiciones.

Parece que once tiene algún problema. Dobla la punta de la página por la que va y se levante dirección a boxes.

Su entrenadora, hermosa mujer escandinava, se acerca preocupada. Podrían ser las almorranas, que ya le hicieron la vida imposible durante las pruebas clasificatorios.

Atención: nos comunican un cambio sustancial en la mesa nueve. Su lector, un gran espécimen, coge velocidad y, como si solo hiciese una lectura en diagonal empieza a avanzar en lo que parece un sprint final.

Mesa tres parece despertar del letargo y decide no pararse en las comas, se los come mientras lo lee todo con signos de exclamación, monosilábicamente, pero llega tarde. Nueve le saca al menos cincuenta páginas, esto parece que sea un paseo para el murciano para el que no existen los vocales.

Ya se veía con el diccionario de oro. se lo entregaría la ene minúscula, venida desde el cuartel general de la R. A. E. para hacer los honores.

Algunos se dejen caer perdidos, se duermen sobre el libro sabedores de que la derrota es evidente cuando, de repente, cinco, de forma inesperada, vuelve a estar en la competición. llega buceando, sin que nadie lo vea hasta que es demasiado tarde y pone punto y final a la lectura, dejado a nueve saboreando un triunfo que no llega.

-¿Qué método ha usado?¿cómo lo ha conseguido cuando ya nadie dudaba del ganador? – Los periodistas se agolpan a su alrededor, lo avasallan deseando que la foto lo coja leyendo su periódico.

-Estaba perdido, con la edad que tengo es mi ultima oportunidad de rozar el oro, por eso me salte unos cien páginas para poder coger velocidad. No todo el mundo puede ir a la ultima página y finalizar sin más. Se necesita un entrenamiento especial, una técnica muy depurada, años de lucha.

-Ya lo han escuchado- Narró el reportero.- El campeón del mundo en lectura sincronizada, un ejemplo a seguir.

La velocidad nos da unas alas que somos incapaces de entender.

LaRataGris


Dum dum dum

5 agosto 2019

Muy a su pesar, con las cuatro cuerdas afinadas y un aspecto inmejorable, el bajo se sumó a la banda.

Él sabía que tenía un sabor diferente, que sus notas se entremezclaban en el paladar haciéndole respirar distinto. Pero su bajista tenía que comer, alimentarse de cosas que él no podía darle.

Por eso se sometía a los finales felices que otro quería cantar. Luego lloraba al quedarse solo, un llanto triste y contagioso.

No eran lágrimas especialmente originales, ni tan siquiera de un virtuosismo excelso, sonaban como un dumdum rítmico y penetrante. Es allí donde podría morir sin que nadie se diese cuenta, con su sabor personal saciando las papilas gustativas.

LaRataGris


Arte caníbal

2 julio 2019

Había construido su mundo con retazos de otros mundos, un collage de robos y pintura. Allí se escondía de los otros planetas, se hacia fuerte, ante la inminente colisión.

No era el rey de su mundo, eso iría en contra de todo lo que creía, no podía ordenar ni disponer. Él caminaba como uno más y, si le protegían, era porque entre ellos eran una piña .

Amaban sus ojos, querían devorarle el corazón para poder llevarlo dentro.

Le dieron unos días de margen, unas horas de ventaja, unos minutos de reflexión. En un segundo decidió quedarse en su mundo, atento al canibalismo, a las colisiones, a la vida que había escogido.

LaRataGris

 

No te olvides levantarte


Mis amigos de los bancos

30 mayo 2019

Mis amigos de los bancos

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Pobre vida

26 febrero 2018

A veces bajaba hasta el metro donde el aire era espeso y caliente. Me llevaba una libreta, un bolígrafo y algo para picotear. Allí podía pasarme las horas muertas.

Me quedaba lejos del frío de la calle, del de mi casa sin calefacción… en realidad solo iba para no congelarme. Casi nunca tenía que hacer uso del transporte, unicamente me quedaba en la estación hasta que llegaba la hora de volver a mi trabajo de esclavo o hasta que cansado volvía a mi dulce hogar.

un día, creo que coincidió con que no pudiese seguir tirando mi dinero en un alquiler, pensé que también seria un buen hogar en el que pasar la noche. Como no había bajado preparado subí por unas mantas y algo para cenar en frio.

Esquive como pude la vigilancia mientras pensaba en mi situación. Cada vez más me iba pareciendo a un mendigo, con trabajo, eso si, pero con mis necesidades por cubrir.

LaRataGris

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El gato Guasón

27 octubre 2017

Vivía en un árbol el Gato Guasón. No lo hacia por tener allí su casa, lo que sucedía era que se había subido pero no sabia bajarse.

Se alimentaba de las peras que daba el nogal y, si se posaba algún gorrión, contaba chistes malos hasta matar de risa a los pajarillos, luego se los zampaba de un bocado y se echaba una siesta.

Una cometa, que también se había quedado atrapada, le servia para recoger agua los días lluviosos.

Ya llevaba varias semanas así cuando vio pasar una niña y se dijo- Anda, pero si ahí abajo hay gente. Quizá puedan ayudarme- empezó llamarla con toda la fuerza que tenía- ¿Niña?¿eh,niña?- ella miró hacia atrás sin ver a nadie- No, aquí, niña – Entonces se giró para el lado contrario con idéntica suerte -No, niña, arriba- y miró hacia el cielo mientras se preguntaba si alguien podría vivir en las nubes- ¡Que no! – le gritó el gato desesperado- aquí, en el árbol.

-Ostras- lo vio al fin- ¿Qué haces ahí, gato?

-Me he quedado atrapado. Estoy harto de comer peras. Me gustaría tanto bajar y encontrar una tienda en la que me vendieran raspas de sardinas y huesos de pollo.

-Ah,- contestó ella- yo se donde hay una de esas- Y sin pararse a pensar salió corriendo, sin esperar al felino

-iEspera!- intento detenerla sin éxito- si no me bajas no podre seguirte- pero ya estaba demasiado lejos.

Pasaron unas horas, pasaron tres nubes grises y pasó un elefante a la altura del árbol- Oye- pensó el gato- podría subirme a su espalda aunque…si luego no puedo alcanzar el suelo no se sí algún pájaro se parara distraído sobre el paquidermo, para que yo me lo puede Zampar. Sera mejor que no me mueva de aquí, por si acaso.

Al rato apareció un niño -¿Joven?- llamó su atención-aquí. Él miró hacia atrás, hacia delante y a las nubes con la misma fortuna que su predecesora. Solo cuando miró al árbol vio al gato que, una vez más, contó su historia omitiendo, eso si, lo de la tienda, para evitar que saliera corriendo.

-Yo te bajare-le dijo el niño. Le dio a un botón que había en la corteza del árbol, esta se abrió y apareció un ascensor con el que subió al primer piso y bajó al gato que pensó:» anda que si llego a saber que había un montacargas»

Mientras volvió a aparecer la primera niña que mirando a la copa del árbol. Gritó- Gato, ¿gato?,que me he dado cuenta que me he marchado sin llevarte conmigo.

-No te preocupes- le hizo dar un respingo hablándole desde abajo -me ha ayudado este crío.

-Anda, Juanito, mi hermano

-Pues si no es porque lo dices pero si, si que desprendéis cierta similitud vital- apostilló – ahora solo me falta la raspa

-Yo se- le dijo y salio corriendo. Pero esta vez también estaba abajo y la persiguió. La alcanzó ya en la tienda, donde comió unas ricas raspas de sardina y estuvieron muy contentos. Bueno, todos menos Juanito que los vio salir disparados sin saber donde iban. El se quedo allí parado y fue feliz por otros cosas, aunque esa es una historia distinta que ya sera explicada.

LaRataGris

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