Araña domingo

30 noviembre 2021

Hoy es domingo en el centro comercial, deberían dormir las tiendas. Las arañas salen tranquilas de paseo; se asoman cucarachas en el almacén.

-Hoy no vienen los humanos- gritan las ratas-. Hoy esto es para nosotras.

Y corretean; orinando y cagando en cada esquina. Solo prohibida la zona de restaurantes, el ocio y algunos lavabos seleccionados.

No entienden de rebajas, de festivos especiales; normativas para que no pare la rueda: sin descanso, sin familia, sin amigos, sin casa.

“Gran apertura” se lee en todas las entradas, en carteles enganchados a farolas, se dice en varias cuñas de radio pero nadie avisa a los insectos no humanos.

Cuando aparecen los primeros trabajadores ven bailar felices a las pelusas del polvo, artrópodos paseando, insectos comunes recitando tantos cuentos como granos de arena hay en el mundo. Asqueados ante el espectáculo que les es negado deciden limpiar, chafar, destruir como si no fuera domingo. Que todo este perfecto para los compradores.

Mientras tanto, en otro universo, los empresarios, desde sus casas no quieren a las familias de sus empleados, no sueñan con amigos o un hogar ajeno; no les gusta que las arañas paseen sin bolsas de la compra o gastar su dinero.

LaRataGris


Otro lunes

27 febrero 2017

Al amanecer el ruido metálico y constante nos despierta. Su incesante Ring y las agujas, en su tic tac, no sonríen por esta vez, a esta hora.

Nos cruzamos y saludamos con ganas de tumbarnos de nuevo. Hace frio y se fabrica el sueño sin poder parar a detenerse, estarse quieto, stop, para, detente, stop, quiet

-Buenos días, mundo – lo desprecia en la forma de hablarle, con su tono apático y petulante.

-Buenos días- le responde en los mismos términos- Y venga, corre a trabajar- le sentencia, de forma burlona.

«Un día de estos”, piensa enfurecido,»algún día te cambiare»

» Será domingo y luego lunes otra vez» le responde telepáticamente,» así que, ahora corre a trabajar, corre hasta la muerte».

LaRataGris


El voto revolucionario

23 junio 2016

El voto revolucionario


Propuesta para una tarde de domingo

14 julio 2014

Ingredientes:

Alicia, Pau y Papa

Materiales:

Esa camiseta que te regalaron y jamas te gusto.

Rotuladores para tela

Pintura para camisetas

Celo

Alfileres

Cartón

Desarrollo:

Paso 1: Escoger un par de niños aburridos y ofrecerles pintar una camiseta. Si su respuesta es afirmativa buscar las armas adecuadas y preparar un área de trabajo para su destrucción sin limites creativos

Paso 2: colocar el cartoncillo entre la cara anterior y posterior de la camiseta para que no traspase la pintura.

Paso 3: delimitar el área a pintar sobre la camiseta. Trazar un cuadrado con el celo y explicarle a los niños que no se salgan de el. Afianzar la tela al cartón mediante los alfileres.

Paso 4: utilizar los pinceles como cucharillas y lanzar todos los colores mezclados sobre la tela- este paso es intercambiable con simplemente trazar un dibujo, en mi caso se deriva del resultado.

Paso 5: liberación del espacio. Si alguno de los niños pregunta que pasa si se ha salido del recuadro contraatacar con otra pregunta- ¿ quitamos el celo?- recuerda que el arte de una niña no tiene límites.

Paso 6: nada de lo anterior. Cambiamos de camiseta y sustituimos la pintura por lejía.

Paso 7: con un cuidado extremo dejamos que la lejía penetre en el tejido mientras constatamos que las manchas decoloradas nada tienen que ver con el dibujo planteado inicialmente.

Conclusiones rápidas.

Reformulación de la ley de la gravedad por un niño de dos años con introducción a la idea de fuerzas centrípetas.

Un objeto que cae desde una altura equis es atraído hacía el suelo con una velocidad tal. Cuando el objeto colisiona violentamente sobre el mármol se genera una fuerza opuesta que transforma el techo blanco en verde, para que la conclusión sea valida el objeto ha de ser un bote de pintura del color correcto.

Expectativas maternas:

Añadir foto para comparar lo esperado con lo obtenido y demostrar que no llegamos a las expectativas.

Expectativas paternas:

Trabajando con niño de dos y niña de cinco años, con lejía que no les ha caído en los ojos las expectativas están totalmente superadas.

LaRataGris