Ni lo se ni me importa

28 febrero 2017

Ni lo se ni me importa


Ningún niño sin su juguete

6 enero 2017

ningún niño sin su juguete


Un día entre Piratas

28 noviembre 2014

La siguiente actividad parte de un juego-magia popular cuya finalidad es convertir un barco de papel en una camiseta. De pequeño siempre escuché que dicha camiseta era la del capitán, aquí se ha adaptado a un pirata ya que la actividad se realizará para la clase dels pirates. Así mismo, la historia que aquí podrás leer es algo más detallada y larga que la que allí se contó, adáptala a tu público nosotros así lo hicimos.

Las figuras te irán indicando en todo momento como usar los materiales para la actividad. En nuestro caso ya llevábamos cositas hechas de casa para facilitar la labor de nuestros jóvenes artistas pero tu puedes implicarlos desde la construcción del barco hasta la confección de la camiseta.

           Materiales:

Una hoja de papel (la nuestra la pintamos con rayas rojas y blancas)

Un dibujo del pirata Mala pata (siempre que no decidas dibujarlo con los artistas)

Una camiseta recortada (siempre que no decidas hacer lo mismo que en el punto anterior)

pegatinas de colores (a ser posible del mismo color que las rayas de la camiseta, aunque también podéis decidir pintar, usar plastilina, papel de colores…)

Una moneda de chocolate

Pegamento o blue-tack

Una historia

La camiseta del pirata Malapata

¿ Conocéis al pirata Malapata? Era el bucanero con peor suerte de los siete mares. Ya le faltaba una pierna de su primer naufragio, tenía un ojo gandul y no había encontrado ni uno sólo de los tesoros que había buscado en las islas desiertas.

– Que horror-solía lamentarse- soy un pésimo pirata.- pero no se desanimaba. El quería recorrer todos los océanos del planeta tierra y por eso se construyó un barquito de papel.

como hacer un barco de papel

– No lo hagas- insistieron sus amiguitos- se hundirá- le avisó su loro de pirata. Pero él, que sólo pensaba en hacerse a la mar, botó su barquito de papel, permitiendo que el viento lo meciese lejos del puerto.

Las olas le acunaron por tres días antes de encontrarse en medio de una formidable tormenta. Rayos y truenos iluminaban y retumbaban en todo el cielo. De repente, uno de estos rayos, cayo sobre el barco rompiendo la popa

como romper la popa de un barco de papel

El pirata Malapata no se asustó. Achicó el agua, tapó el agujero y gritó al girarse y ver que un tifón había aparecido de la nada, arrancando la proa del barco.

como romper la proa de un barco de papel

Entonces si que empezó a preocuparse viendo que no le quedaba barco con el que navegar. Subió por el palo mayor, pensando que si estaba en el punto más alto se salvaría de morir ahogado. Pero el monstruo Jocantaro (sustitúyelo por un tiburón gato si no eres un friki) saltó desde el agua, rasgando la vela de un bocado. El barquito se hundió mientras el pirata Malapata gritaba- que mala pata.

como romper la vela de un barco de papel

Y ¿sabeís qué es lo único que se veía flotando sobre el agua cuando por fin quedo en calma? La camiseta del pirata Malapata

la camiseta del pirata

Y ¿sabéis qué le paso al pirata Malapata? No tenéis que preocuparos por él porque por primera vez en su vida tuvo tanta, pero tanta, tanta, tanta suerte que un delfín que pasaba por allí lo llevó hasta una isla desierta donde encontró un tesoro inmenso de monedas de chocolate. Había tal cantidad que decidió repartirla entre todos los niños del mundo para evitar la tentación de comérselas todas él y que luego le doliese la tripita.

Hoy el pirata Malapata os ha enviado una foto suya para que veáis lo contento que esta y una moneda de chocolate.

el pirata Malapata

Pero, ¿ os habéis fijado que es lo que le falta al pirata Malapata? La camiseta. ¿ Queréis hacerle vosotros la camiseta?

la camiseta del pirata Malapata

           La actividad:

Vero les explicó la historia e inmediatamente después les repartimos los piratas entre ella, Alicia y yo. Fue difícil convencerlos para que no se comieran la moneda nada más verlas pero una vez superado ese escollo empezamos a poner pegatinas. Cada niño tiene una teoría sobre lo que son líneas rectas, pero al final todas quedan chulisimas con sólo dos pegatinas o mil apegotonadas una encima de la otra. Les pides que te hagan una para ti, te pruebas una de las que ya hay y todos te dicen lo pequeña que es entre risas. Luego empezamos a pegar las camisetas sobre el pirata, se ríen cuando al presionar la camiseta un sonido de mi boca hace que suene como un pito y todos quieren escucharlo y que le digas que la suya es preciosa ( aunque a mi las que más me gustaron fueron las de Pau y Alicia 8P)

resultado final de Alicia y Pau

Acabamos cantando y bailando, con ganas de repetir otra vez por que lo realmente complicado es transmitir lo divertido que fue.

LaRataGris


Propuesta para una tarde de domingo

14 julio 2014

Ingredientes:

Alicia, Pau y Papa

Materiales:

Esa camiseta que te regalaron y jamas te gusto.

Rotuladores para tela

Pintura para camisetas

Celo

Alfileres

Cartón

Desarrollo:

Paso 1: Escoger un par de niños aburridos y ofrecerles pintar una camiseta. Si su respuesta es afirmativa buscar las armas adecuadas y preparar un área de trabajo para su destrucción sin limites creativos

Paso 2: colocar el cartoncillo entre la cara anterior y posterior de la camiseta para que no traspase la pintura.

Paso 3: delimitar el área a pintar sobre la camiseta. Trazar un cuadrado con el celo y explicarle a los niños que no se salgan de el. Afianzar la tela al cartón mediante los alfileres.

Paso 4: utilizar los pinceles como cucharillas y lanzar todos los colores mezclados sobre la tela- este paso es intercambiable con simplemente trazar un dibujo, en mi caso se deriva del resultado.

Paso 5: liberación del espacio. Si alguno de los niños pregunta que pasa si se ha salido del recuadro contraatacar con otra pregunta- ¿ quitamos el celo?- recuerda que el arte de una niña no tiene límites.

Paso 6: nada de lo anterior. Cambiamos de camiseta y sustituimos la pintura por lejía.

Paso 7: con un cuidado extremo dejamos que la lejía penetre en el tejido mientras constatamos que las manchas decoloradas nada tienen que ver con el dibujo planteado inicialmente.

Conclusiones rápidas.

Reformulación de la ley de la gravedad por un niño de dos años con introducción a la idea de fuerzas centrípetas.

Un objeto que cae desde una altura equis es atraído hacía el suelo con una velocidad tal. Cuando el objeto colisiona violentamente sobre el mármol se genera una fuerza opuesta que transforma el techo blanco en verde, para que la conclusión sea valida el objeto ha de ser un bote de pintura del color correcto.

Expectativas maternas:

Añadir foto para comparar lo esperado con lo obtenido y demostrar que no llegamos a las expectativas.

Expectativas paternas:

Trabajando con niño de dos y niña de cinco años, con lejía que no les ha caído en los ojos las expectativas están totalmente superadas.

LaRataGris


Desaprendiendo hormigas

9 diciembre 2013

Acercaos mis niños y niñas, escuchad sobre la imaginación y la creatividad que os están robando para que podáis ser buenas hormiguitas:

Cuando Alicia era tan pequeña como un ratoncito de tres años fuimos a una actividad organizada por la navidad, a los centros comerciales les encanta mantener a los cachorros entretenidos mientras los adultos compran y compran y compran infinito amor de consumo rápido. Ella, siempre que veía un enjambre de niños entretenidos, insistía en acercarse y jugar como una niña normal. Yo me quedaba a su lado mientras ella adornaba algún árbol con ceras de colores, hacía brillar las estrellas con purpurina o no decapitaba a tres reyes… Escogió un calcetín de los que cuelgan en las chimeneas de muchas series y se sentó junto a un grupo en edad escolar, de los que ya saben como van las cosas.

Alicia miró todos los materiales a su alcance y se decidió por un color tan negro que se comía todas las líneas del dibujo; convirtiendo su calcetín navideño en uno desparejado, corriente y moliente. Sus improvisados compañeros comenzaron a reírse, se daban codazos y señalaban aquella locura. Ella, sin darse cuenta, continuo hasta que todo fue una mancha y pudo dejar la cera. Acto seguido cogió un bote de purpurina y trazo varias cenefas que silenciaron las burlas. Ninguno de los niños adiestrados hubiese sabido hacer aquello. Les habían enseñado que el color, que el no salirse de la línea, que lo raro…ahora intuían sin saber por que, tenían que desaprender a ser hormiguitas.

LaRataGris


Pequeñas construcciones

10 mayo 2011

Desde que nació su habitación se había convertido en un almacén de juguetes. Le regalaban peluches, sonajeros, coches, princesas y, sobretodo, cacharros que hacían mucho ruido. Todos tenían un botón y una frase típica, una canción o se tiraban pedos sin parar. Ocupaban tanto espacio que ella siempre los miraba desde la puerta.

Cada mes, su madre, lo recogía todo en bolsas de plástico, se las llevaba y ponía en su lugar nuevas diversiones que jamás utilizaba.

Un día alguien se equivoco y, donde tendría que haber habido un castillo con luces y sonidos, aparecieron unos bloques de construcción de formas simples y abstractas. Empezó a apilarlas mientras les buscaba el interruptor, la gracia, la cualidad de aquel juguete que parecía inventado para nada. No le encontraba las tripas pero, sin darse cuenta, las montañas de piezas fueron dibujando el contorno de una ciudad. Cansada de rebuscar volvió a la seguridad de su puerta y, fue entonces cuando, desde allí, consiguió ver los edificios que había construido.

Desde entonces, cada tarde, después de su hora de teleducacativa, se perdía por calles inventadas, corría por solitarias plazas y disfrutaba de sentarse sobre algún edificio mientras la urbe se iba haciendo más grande. Era tan divertido estar allí que cuando paso un mes le suplico a su madre que no tirase la villa hasta que hubiese podido trazar un mapa de sus rincones. Esta aceptó aunque no entendía que tenían de especial aquellos trozos de madera pintados de colores llamativos, se los dejaría treinta días más.

Para entonces su ciudad de futuro había ocupado toda la habitación. Se había empezado a nutrir de todo lo que encontraba a su paso. Reclutaba a los peluches, les daba un trabajo a los dragones y los coches se lanzaban en todas las direcciones, todos con las pilas quitadas para que no estropeasen la diversión con historias que no venían a cuento.

No lloró cuando vinieron a quitárselo. No sintió pena, ni tristeza. Ella ya había memorizado todas y cada una de las piezas y podía seguir construyendo en su cabeza, dando vida a un mundo en el que sólo le faltaría encontrar a sus amigos invisibles para que no le faltase de nada.

LaRataGris


Bolsillos llenos de imaginación

12 marzo 2010

bolsillos llenos de imaginación