25 agosto 2014
Tras los disturbios culpabilizaron a los más pobres. Dijeron que eran destructores, vándalos y, algo peor, enfatizaron que ellos mismos, con su actitud en el pasado, su no hacer nada, habían empujado a la sociedad a aquella situación. Para los que tenían que esconder tan mala resulto su inactividad como su acción posterior.
-¿ quien de vosotros,- gritaban en las asambleas, haciéndose pasar por ciudadanos-decidme si solo uno de vosotros esta libre de culpa para poder lanzar la primera piedra?-. Por norma general nadie se atrevía a hablar. El que más, el que menos, había tenido que robar para poder comer. Se creían alborotadores por gritar su pena y la acusación directa les hacía agachar la cabeza y acabar con el problema.
– yo- las cabezas reunidas buscaron. El orador intentaba distinguir al gamberro.- yo que no estoy libre de culpa lanzare la primera piedra y la segunda si no tengo a nadie a mi lado, también la tercera.- un círculo de vacío rodeo sus palabras y el anciano quedo en evidencia mientras no dejaba de hablar- sin ser perfecto no me culpabilizo. Intento mejorarme aunque se que es imposible la perfección en una sociedad corrupta. Por eso puedo, debo, lanzarla por que cambio lo que me rodea y eso me transforma. Estoy cansado de delinquir en esta forma legal. Y vosotros, todos y cada uno de vosotros, también tenéis el derecho ganado para poder tirarla. Esconded la mano después, es necesario hacerlo mientras nos persigan por ser consecuentes, por ser razonables, lógicos, libres… Apuntad, calculad bien la trayectoria que si no, el uno por el otro dejaremos la casa sin barrer. Que la culpa es una excusa perfecta para el vago de moral.- tras un silencio se lleno la nada y una lluvia de piedras, de frutas podridas, cayo sobre el estrado.
LaRataGris
Leave a Comment » |
0. Portada, 2. cuentos | Etiquetado: barrer, casa, consecuentes, cuento, cuentos, culpa, delinquir, esconder, frutas, ilegal, imperfecto, lanzar, LaRataGris, lógicos, legal, mano, más, menos, pecado, piedra, piedras, pobres, pobreza, podridas, robar, tirar, transforma, vándalos |
Enlace permanente
Escrito por laratagris
18 junio 2011
Cuando el hombre triste tararea las habitaciones se encojen de pena y el viento levanta un poco de polvo para formar la silueta de su soledad. Hace mil años que se fue, hace un segundo que volvió a verla, sentirla…amarla. Y con cada paso de baile el hombre triste sonríe por que vuelven a vivir en su casita de toda la vida, con los sueños intactos.
Se apaga la luz. Como cuando no había electricidad. Se va a dormir prontito, se acurruca junto a los recuerdos. Deja las deudas en el comedor, la ventana abierta por si se quieren marchar.- Sois libres- les susurra. Pero no se irán sin cobrar de una u otra manera.
Por la mañana la mala leche natural. Se agría en el cartón, no hay galletas, ni cereales. Sólo queda hambre y una pensión que no le llega.
Mira la silla vacía, le tira un beso, un guiño y vuelve a tararear su canción. Se pasa el día danzando con la nada, esperando que alguien venga a echarlo de su hogar.
A veces su fantasma le habla, le abraza y le consuela.- Se nos acabo la cuerda, mi amor. Ya no puedo seguir esperando.- Sale a la calle enemiga. Hay mucha gente solitaria, hay dolor, hambre y silencio… nadie se atreve a lanzar la primera palabra pero, cuando por fin brota, el que más el que menos esta con el agua al cuello y el futuro parado por falta de presupuestos. Todos entienden las miradas tristes y la desesperación. Ya no son uno sólo, hay muchas personas tarareando cambios.
LaRataGris.
1 comentario |
0. Portada, 2. cuentos | Etiquetado: brotar, calle, cambios, cuentos, desahucio, enemigos, lanzar, LaRataGris, manifestación, palabras, salir, soledad, solo, sueños, tararear |
Enlace permanente
Escrito por laratagris