Vivir al límite

20 mayo 2022

El éxito


La intensidad de los muertos

30 marzo 2021

Días de intensidad moderada. Marcelo contó hasta tres, se abrochó el belcro de las sandalias y salió a chancletearle a la vida. Saludo con un castañeo de dientes al viejo Pedro y, ya si,se lanzó sin armadura.

No había pensado que podía hacer tanto frio ahí fuera. Se acercaba el otoño a este verano tardío, iba siendo interesante cambiar de armario

En el trabajo aún no ponían la calefacción y el uniforme tampoco ayudaba.

-¿Marcelo?.- Aviso con su voz metálica megafonía- póngase en contacto con el instructor jefe de la sección B subtrama veintisiete.

Todas las mesas escondieron la mirada, al reconocer el significado de aquella llamada. El día se ponía interesante en la gestora de lágrimas.

Era el primer despido del mes, no el último, había que tener preocupados a los empleados. Esta intensidad y sin vivir debía ser lo normal.

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Dum dum dum

5 agosto 2019

Muy a su pesar, con las cuatro cuerdas afinadas y un aspecto inmejorable, el bajo se sumó a la banda.

Él sabía que tenía un sabor diferente, que sus notas se entremezclaban en el paladar haciéndole respirar distinto. Pero su bajista tenía que comer, alimentarse de cosas que él no podía darle.

Por eso se sometía a los finales felices que otro quería cantar. Luego lloraba al quedarse solo, un llanto triste y contagioso.

No eran lágrimas especialmente originales, ni tan siquiera de un virtuosismo excelso, sonaban como un dumdum rítmico y penetrante. Es allí donde podría morir sin que nadie se diese cuenta, con su sabor personal saciando las papilas gustativas.

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El Vacío

6 mayo 2019

Caímos en un pozo sin fondo- Estúpido- nos hundimos sin darnos cuenta. Al principio como piedras, hasta que nuestra cabeza se acomodo a la velocidad y creímos flotar mientras nos precipitábamos.

Nuestro pelo y los pliegues de la ropa seguían venciendo la fuerza de la gravedad mientras, nuestros gestos, me mentían sobre una vida normal. Nos abrazábamos durante el descenso, eramos amables como jamas lo habíamos sido antes, en nuestra unión respetábamos el espacio del otro. Era un túnel estrecho pero podíamos disfrutar de la soledad de cada cual.

un día me dijo: «Yo no puedo seguir cayendo”

Extendió sus brazos para frenarse contra las paredes den barro, debió dolerle a la velocidad a la que bajábamos. ¿Después? puede que empezase a escalar , o tal vez se quedo allí atrapada por el cansancio y el dolor, no se. No volví a verla. Yo seguía cayendo como un estúpido, puede que al llegar al suelo ella me cayera encima pero, por ahora, estaba solo.

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Ruptura

22 mayo 2018

Cada día hacia lo que tenía hacer. Guiado por la batuta de un director mecánico, bailaba los caminos programados, respirando el compás de la gente.

El mundo exterior, más allá de les sendas artificiales, era tan extraño, estrambótico, helado. La seguridad de lo habitual tendría que ser suficiente.

La perfección se descomponía de una forma que nadie parecía ver. La gente se abrazaba al dolor de ser normal, sonreía los sin sabores y lalala que mierda. Eliminamos el freno de lo diferente, las notas que adoptan los cambios bruscos de ritmo. Moriríamos todos, juntas, fingiendo la felicidad del grupo, ser uno único sería nuestra perdición.

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Vacas diferentes


Universo

29 enero 2018

Había, evidentemente, cosas que no entendía. Todo esto del universo, su funcionamiento. No a gran escala, por supuesto en las macro teorías hay un pequeño acto de fe cuando eres un no iniciado. Se perdía en las cosas más insignificantes, las relaciones que hacen girar el mundo, por ejemplo.

Siempre he sido autista en esto del contacto con la gente. Sobrevivo emocionalmente pero cuando veo que todas las personas estan, indistintamente de su sexo, religión o raza, recorriendo idénticos caminos me obligo a preguntarme: ¿en qué me habré equivocado para ser distinto? ¿por que soy el raro? En realidad no me importa demasiado pero la pregunta sigue flotando, al trazar mi propia senda en Zigzag, llegar a callejones sin salida que me obligan a retroceder, coger carrerilla y saltar la tapia, aún con los diferencias ¿Qué me hace ajeno a la corriente?

Incluso compartiendo parte del recorrido se que sera un pequeño trecho, que algún lateral oscuro me atraerá solo a mi.

Al individuo, en este tiempo de manadas, desde cualquier bando, se le ve como un elemento discordante que impide que la masa sea feliz. Los normales prefieren no escucharte, los raros quieren que les ayudes a cambiar el mundo a su imagen y semejanza.

El universo, la vida, gira sin ti, a pesar de ti. Su forma de existir, incomprensible, absurda, genera una pregunta demasiado obvia: ¿cómo es posible que todo suceda sin que nada se colapse? La repuesta no es importante si la realidad ya te es suficiente

LaRataGris

Y también hablando del universo, pero en otro tono ojo: Payhip  o en Comic Square


Trazadores de copias

28 julio 2016

Trazadores de copias


Un traje para el emperador

15 mayo 2014

Un traje para el emperador


Desaprendiendo hormigas

9 diciembre 2013

Acercaos mis niños y niñas, escuchad sobre la imaginación y la creatividad que os están robando para que podáis ser buenas hormiguitas:

Cuando Alicia era tan pequeña como un ratoncito de tres años fuimos a una actividad organizada por la navidad, a los centros comerciales les encanta mantener a los cachorros entretenidos mientras los adultos compran y compran y compran infinito amor de consumo rápido. Ella, siempre que veía un enjambre de niños entretenidos, insistía en acercarse y jugar como una niña normal. Yo me quedaba a su lado mientras ella adornaba algún árbol con ceras de colores, hacía brillar las estrellas con purpurina o no decapitaba a tres reyes… Escogió un calcetín de los que cuelgan en las chimeneas de muchas series y se sentó junto a un grupo en edad escolar, de los que ya saben como van las cosas.

Alicia miró todos los materiales a su alcance y se decidió por un color tan negro que se comía todas las líneas del dibujo; convirtiendo su calcetín navideño en uno desparejado, corriente y moliente. Sus improvisados compañeros comenzaron a reírse, se daban codazos y señalaban aquella locura. Ella, sin darse cuenta, continuo hasta que todo fue una mancha y pudo dejar la cera. Acto seguido cogió un bote de purpurina y trazo varias cenefas que silenciaron las burlas. Ninguno de los niños adiestrados hubiese sabido hacer aquello. Les habían enseñado que el color, que el no salirse de la línea, que lo raro…ahora intuían sin saber por que, tenían que desaprender a ser hormiguitas.

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La unión hace la masa

4 marzo 2011

Que no me acabo de decidir ¿cómo te gusta a ti?

 

La unión hace la masa 1La unión hace la masa 2La unión hace la masa 3