
The erotic of the aparence

Para poder acceder al premio, repetía una y otra vez la megafonía, si quieres ser el ganador solo hay una condición: sobrevive. Gánatelo. Y, tras el décimo bucle se hizo un gran silencio.
-¿Pero sobrevivir a qué? ¿Cómo? – no hubo respuesta. Miró a su alrededor preguntándose cómo había llegado a aquella cueva y cómo saldría de ella.
Desde donde estaba solo se veían tres caminos posibles y ninguno muy halagüeño.
A su derecha, incrustada en roca, una puerta a través de la cual se escuchaba el rumor del mar. La abrió para dar al gran e inmenso azul. Sus aguas hervían de vida: tiburones, pirañas, un kraken,… cualquier monstruo marino que pudiese imaginar estaba allí, esperándole. Lanzó una piedra y el agua la engullo formando violentas burbujas alrededor.
A su izquierda una puerta se derretida del calor. Entraba al centro de un volcán activo, lleno de bolas de lava y dolor. Casi sin poder acercarse observó en la distancia una muerte segura. Trazó un plan imaginando la mejor forma de saltar, esquivar y, tal vez, sobrevivir.
En el Centro la nada más absoluta parecía caer por un infinito vertical, sin agarre posible.
– ¿Cómo quieres que sobreviva si todo es una trampa sin salida?
Pero megafonía no contestó.
Paralizado ante un futuro cuestionable dejo pasar las horas hasta que de repente volvieron a estallar los altavoces: se acaba el tiempo, le envolvieron las palabras.
– ¿ Cómo quieres que elija ante una muerte segura ?
Se acabó, vocearon de nuevo con una carraspera metálica, enhorabuena por sobrevivir.
Se abrió una cuarta puerta que hasta entonces había permanecido oculta. Nada se movía en ella, nada parecía amenazarle desde ella.
– La paciencia, sobrevir, ¿ese era el premio?
Se acercó, estaba a punto de entrar cuando, sin aviso, se disparó hacia la izquierda, seguro de que había un premio mayor que la supervivencia, vivir.
LaRataGris
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Hubo un momento en el que el poder tembló. se levantó una suave brisa y los pilló a destiempo, sin su rebequita para la madrugada.
La gente tomó las calles pero duró poco. Las plazas se quedaron desiertas. Todo aquel esfuerzo de gente empujando horizontalmente, desgastando los pilares del poderoso sistema, miró hacía arriba, a su nuevo dios.
-Nosotros-gritaron los autoelegidos desde la improvisada tribuna- os representaremos ante los otros lobos.
Así fue como los que mandaban creyeron descubrir la manera de reeducar el curso de la historia. Crearon su propio partido, de signo contrario y diversificaron los votos para que nada pudiese ser.
Fragmentados, no quisieron cometer errores y lanzaron todo el odio que consiguieron coger:
“Son radicales, no tienen experiencia, sus amigos son payasos en un circo sin animales, mantienen relaciones extragubernamentales con políticuchos de Alfa Centauri y ofrecen niños en rituales electoralistas”. A la vez lavaron la imagen de uno de los de siempre .Le dieron proyección y vendieron la idea de que sobre su centro habitual sería sobre el que rotaría un gran cambio de eje.
-Tras el fracasado intento de refundar la derecha- gritaban- ante radicalismos de una izquierda trasnochada en su novedad, nosotros somos el centro oscilante. Decimos cubrir toda necesidad y no como esos populistas que defienden a la purría que nadie quiere. Fracasados. Como vosotros si no nos votáis.
Así lo dejarían todo igual para vendernos una transformación de cuento de hadas. y lo que no, la culpa es del feo.
LaRataGris