El poeta, leído con desprecio y macárreo, declinó en latín para demostrar cultura. Contó su vida en verso y rezó tres ave María para que nada se saliese del camino.
– Hoy me levanté cansado. Tanto que ni me lave los dientes, ni canté, ni desayuné, ni me peiné; ni me puse las barbas de persona respetable. Fin.
Su familia le aplaude, le miente, le da un diez en poesía. Cuatro amigotes alimentan su ego.
– Eres el mejor
– Un poema necesario.
– Increíbles y fantásticas neuras.
Animado recitó con gran éxito y alboroto de sus padres: “Hora de comer», sigue con «Canción de ducha» o “me voy a dormir prontito que parece que molestes».
El poeta gordo se sienta al amparo de la noche y escribe en su penumbra los sentimientos que no tiene. Finge palabras que no le pertenecen, que son unicamente la definición de un diccionario de términos barrocos y abigarradas florituras.
Sus poemas son como una máquina de metal fundido, con engranajes de cristal hueco donde ruge el hirviente líquido. Hermosa carcasa de lo que el valor debería permitir vivir sin necesidad de tanta parafernalia. Un arrullo, al final, de musas burlonas que le prometen la droga de la complaciencia, le engañan para tenerlo contento.
– Esto es vida- se frota el pene mientras deja escapar la realidad en una sombra. Se siente más gordo que poeta, por que vende barata su carne de soñador.
– ¿ A cuanto va el poeta?
– A tres sesenta y cinco el kilo, pero es un cantamañanas
– Entonces,- dijo Honky Chonqui- ¿no es poema lo que no es poesía?
– Claro que no- se echo las manos a la cabeza Tralari.- Es que no has aprendido nada de lo que te he enseñado. Te lo tendré que volver a repetir todo una y mil veces antes de que me prestes verdadera atención y, así, no me vuelvas a hacer una pregunta tan sumamente estúpida. ¿Acaso no sabes ya sumar y restar versos para saber que sólo la poesía es poema?
– No es eso maestro.- Se ofendió el joven Chonqui- Domino todas las operaciones aritméticas derivadas de las rimas, se escribir sonetos numéricos, recitar en voz baja, para dentro, cualquiera de los resultados tabulados para las diferentes estructuras ornamentales… se todo lo que me has dicho pero, en mi ignorancia, necesitaba aprender algo que no existe, una poesía que no se encuentre en los libros, carente de los ritmos y las cadencias clásicas.
– Quimeras de locos,- Grito el maestro- juegos para niños sin educación.- Después se retiró dejando un libro de ejercicios sobre la mesa.
Su discípulo arrugó un poco más el papel que había mantenido en su puño cerrado. Escrito con palabras no numeradas, dibujadas sobre el latido de su corazón.- Jamás se dividirán en la forma correcta y adecuada-. Respiró rápidamente sus pensamientos para que no impregnaran la habitación y empezó a contar los caracteres del poema-ejercicio que le había dejado Tralari- Mil cuatrocientas cuarenta y nueve – pensó- debe ser un gran poema.