9 noviembre 2021
Aprendimos sobre la marcha, a fuerza de golpes y silencios.
-¿Érice?- Algunos caían para siempre. Desaparecían como si nunca hubiesen pertenecido a la compañía.
La empresa contaba los muertos y, los que quedaban, eran clasificados en uno de los dos grandes grupos existentes; pertenecías a los que resistían o eras de la triste gran mayoría.
Incapaz de reaccionar, la gran mayoría, se plegaba al sistema, nos traicionaba. A menudo incluso los resistentes teníamos que aparentar ser babosas para obtener un momento de paz, eso obligaba a desconfiar los unos de los otros.
Nunca podías saber con quien te levantarías. Te acostabas con un compañero, sí, pero por la mañana podías estar muerto; sino ya te mataría.
Siempre la siguiente embestida era peor, más arrolladora, más cruel. Más intensa y tú, con menos fuerza, te atas frente a las sirenas, te afianzas y esperas que la cuerda aguante lo suficiente como para seguir aprendiendo.
LaRataGris
Leave a Comment » |
0. Portada, 2. cuentos | Etiquetado: aprender, érice, bandos, compañero, cuento, derrota, LaRataGris, paz, sirenas, trabajo, traición, tristeza |
Enlace permanente
Escrito por laratagris
8 septiembre 2014
Dice el pequeño comercio que te conoce. Que si lo necesitas te abrirá un pequeña cuenta para los años difíciles, para que le vayas pagando poquito a poco y así le puedas seguir comprando, jamas olvides comprarle.
El gran empresario te lo fracciona todo sin intereses, se lo gestiona una financiera amiga y también quiere ser tu amigo. Conoce tus deseos oscuros, susurra tentaciones para que suenen a grito y, por supuesto, cómprale.
La idea es que todo comerciante, un mindundi o uno enorme, quiere dinero para subsistir, para crecer, para seguir siendo tu amo incluso cuando te ama. Por eso arden las tiendas y la gente roba, reparten lo que consiguen para que hasta el que no tiene para comer pueda hacerlo. -todos sabemos hacer algo- gruñen los saqueadores- todos necesitamos zapateros, dentistas, constructores,… soñadores. Todos queremos comer bien y disfrutar de la vida.- Pero cuando se quedan sin cosas por rapiñar, cuando parece que tendrán que volver a ser esclavos, entienden verdaderamente las palabras: no necesitan los materiales, el dinero, ellos son su propia riqueza e intercambian sus manos. Todos tienen casas por que el albañil las levanta, por que el también come del granjero y escuchan música, leen poesía… comparten necesidades para poder vivir mejor.
LaRataGris
Leave a Comment » |
0. Portada, 2. cuentos | Etiquetado: albañil, comercio, compañero, compartir, compra, crisis, cuenta, cuento, cuentos, dinero, empresario, fracciona, gruñen, LaRataGris, lucha, palabras, poesia, rapiñar, revolución, riqueza, saqueadores, soñadores, tentaciones, todos, vendedor, vivir |
Enlace permanente
Escrito por laratagris