
En los corazones grandes
caben muchas personas.
Respiraba el dolor de una forma tan orgánica que ya era parte de su vida. Tomaba una fuerte bocanada de aire y era el daño de inspirar. Caminaba notando cada hueso quebrarse, hablaba en el sollozo que era su voz.
Pero nunca se detenía por que había sido así desde que tenía memoria. Se había hecho al sufrimiento y, si no lo notaba, es que algo raro le pasaba.
Cuando se sentía en demasiada paz respiraba de nuevo , se le clavaban finas agujas en el corazón y todo volvía a estar bien.
LaRataGris
Todo estaba tranquilo, una página seguía a otra, la historia crecía sin que el mundo explotase pero a la vez explotó.- No esta pasando nada- me dijo- pero noto como el corazón se me acelera y me late más rápido.
Creo que sintió que empezaba a respirar cada una de las palabras, se bañaba en el color de cada linea, cada matiz lleno de esa compleja sencillez.
Aquel mundo ya era parte de él, se había abierto la puerta y ya nada lo detendría. Millones de páginas esperando al turista accidental, le daban la bienvenida al universo.
Era su primer libro llave, sentido emocional para que nada vuelva a ser pequeño.
laRataGris
Las cosas que no crecen.
Si me descuido no me doy cuenta. Ya con nueve años y yo te veo pequeñito, como con seis. Un mundo lleno de enigmas, puzzles y juegos que si son inventados mejor. Tu vida se mueve a ritmo de música y yo procuro bailar para no quedarme atrás, aunque siempre he estado un poco sordo.
LaRataGris
Es un terremoto lleno de magia, que lo impregna todo de amor y felicidad.
Ya no puedo contar tus alegrías ni con los dedos de ambas manos, mi pequeñita.
LaRataGris
Había construido su mundo con retazos de otros mundos, un collage de robos y pintura. Allí se escondía de los otros planetas, se hacia fuerte, ante la inminente colisión.
No era el rey de su mundo, eso iría en contra de todo lo que creía, no podía ordenar ni disponer. Él caminaba como uno más y, si le protegían, era porque entre ellos eran una piña .
Amaban sus ojos, querían devorarle el corazón para poder llevarlo dentro.
Le dieron unos días de margen, unas horas de ventaja, unos minutos de reflexión. En un segundo decidió quedarse en su mundo, atento al canibalismo, a las colisiones, a la vida que había escogido.
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